|
«Corredores»,
dos
estatuas
de
bronce
del
siglo IV
antes de
Cristo
ABC |
Desde
el 4 de
julio, la
exposición
«Nike: El
juego y la
victoria»
muestra el
contraste
entre la
brutalidad
de los
púgiles
romanos y
la
elegancia
de los
vencedores
griegos
ROMA. El
verdadero
«espíritu
deportivo»
en la
Grecia
antigua no
se
centraba
en
«participar»,
sino en
«vencer»,
como
demuestran
las
espléndidas
esculturas
de atletas
y de
victorias
aladas que
han
llegado a
Roma para
una
impresionante
exposición
en el
Coliseo,
«Nike: El
juego y la
victoria»,
que será
el emblema
cultural
del
semestre
de
presidencia
italiana
de la
Unión
Europea.
El
anfiteatro
Flavio
batió el
año pasado
el récord
europeo de
público y
crítica
con
«Sangre y
arena»,
una
exposición
sobre
gladiadores
precisamente
en su
lugar más
emblemático,
que se
demostró
ideal como
recinto
expositivo.
La enorme
galería
del
segundo
piso del
Coliseo,
en su
mitad
norte, no
sólo es
amplia,
sino
incluso
fresca en
verano y
muy
ventilada.
En ese
marco se
reunirán
por
primera
vez, a
partir del
4 de
julio,
cuatro
grandes
esculturas
de atletas
victoriosos:
el
Discóbolo
de Mirón
(un
ejemplar
romano del
siglo II
que es una
de las
mejores
copias
supervivientes),
junto al
Cinisco,
el
Diadumeno
y el
Doríforo
de
Policleto.
Su
cercanía
mutua
recordará
la
proximidad
de las
estatuas
de los
vencedores
en los
antiguos
santuarios
panhelénicos.
Pero el
descubrimiento
más
espectacular
serán los
bronces
clásicos,
como los
dos
«Corredores»
del siglo
IV antes
de Cristo,
que
proceden
de la
Villa de
los
Papiros de
Herculano
y hasta
ahora sólo
podían
admirarse
en
Nápoles.
Se trata
de dos
jóvenes a
punto de
iniciar
una
carrera;
ambos con
la mirada
en la meta
y los
músculos
en
tensión,
dispuestos
a salir
disparados
como
flechas
hacia la
victoria.
Otro
bronce
espectacular
es el
«Púgil en
reposo»,
también
del siglo
IV antes
de Cristo,
descubierto
entre las
ruinas de
las Termas
de
Constantino.
A
diferencia
de los dos
jóvenes de
cuerpo
ligero, el
boxeador
es un
adulto que
muestra,
con
dignidad
pero con
un
realismo
casi
anatómico,
las
heridas y
hematomas
sufridos
en el
combate.
A lo largo
de setenta
piezas,
«Nike»
(«Victoria»
en griego
clásico)
permite
contrastar
la
elegancia
noble de
los
vencedores
griegos y
el aspecto
brutal de
los
púgiles
romanos.
En la
capital
del
Imperio,
el deporte
pasó a ser
una
diversión
cada vez
más
perversa y
extrema
hasta
terminar
en los
espectáculos
de muerte
de
gladiadores,
prisioneros
de guerra,
cristianos
y animales
salvajes. |