En el centro de Salónica se hallaron, en 1996, unos baños que resultaron formar parte de un edificio más complejo y que, recientemente ha sido identificado como un burdel. El conjunto se componía de los baños y de una especie de taberna. Los primeros consistían en una habitación de forma circular y de sólidos muros de piedra, en cuyo interior se disponían 25 pequeñas bañeras, alineadas entorno a la pared y una piscina de agua caliente. La taberna se componía de dos pisos, cuya parte baja estaría dedicada a servir alimentos y bebidas a los clientes, que acudían después de una larga jornada de trabajo. Tras tras saciar el apetito, podían presenciar algún espectáculo picante en el piso superior y, luego, trasladarse a la zona de baños para contemplar la belleza de los cuerpos desnudos de las cortesanas, que disfrutaban de los placeres del agua en alguna de las pequeñas bañeras encontradas, y elegir entre ellas a la compañera para un rato de refocilo.

El edificio no ha sido sacado aún enteramente a ia luz, pero ya ha proporcionado una considerable cantidad de objetos con representaciones sexuales explícitas y algunos juguetes sobre cuya utilización existen pocas dudas, como un interesante consolador de arcilla o un gran número de lucernas eróticas.