PEDRO SEDANO | Burgos
La actuación de Julio
Iglesias en la ciudad romana de Clunia, en Burgos, el próximo sábado ha
levantado una oleada de críticas. Los responsables de la Diputación
sostienen que no habrá riesgo para el yacimiento romano, uno de los más
ricos de España, pero la explanada en la que se celebrará el concierto es
una parte del yacimiento aún no excavada, en la que se desconocen los
restos que puede haber en el subsuelo y en la que incluso aparecen con
cierta frecuencia restos en superficie. El arqueólogo Pedro Palol considera
'inaceptable' la celebración del concierto.
Pedro Palol, el arqueólogo
que dirigió las excavaciones en Clunia desde 1958 hasta 1988, asegura que,
de ser responsable del yacimiento en la actualidad, se hubiera 'opuesto
radicalmente' a la celebración del concierto en una zona tan sensible. La
ciudad romana de Clunia está situada unos ochenta kilómetros al sur de la
capital burgalesa.
Pedro Palol, catedrático
de Prehistoria y autor de varias publicaciones sobre Clunia, considera que
'hacer un solo agujero en zona arqueológica perjudicará la integridad del
yacimiento, y parece difícil garantizar que no ocurra así cuando se habla
de un concierto de gran envergadura'.
El representante de Julio
Iglesias en España, Fernando de Gracia, anunció que el cantante actuará
sobre un escenario de 400 metros cuadrados, arropado por un equipo compuesto
por 90 personas, con 80.000 vatios de sonido de última generación y
400.000 vatios de luz distribuida por 100 robots de iluminación, todo ello
desplazado en cinco autobuses y ocho camiones tipo tráiler.
El secretario general del
PSOE en Burgos, José María Jiménez, considera que el concierto es 'un
pago a Julio Iglesias por aceptar ser bodeguero de honor de la Ribera del
Duero y por su apoyo a anteriores campañas electorales del PP'.
José María Jiménez
argumenta que la protección del yacimiento no está garantizada en el
expediente para la organización del concierto, que asegura que está
plagado de errores e irregularidades. Apunta que el expediente ha sido
iniciado por la secretaría particular del presidente de la Diputación,
Vicente Orden Vigara, del PP, y no tiene informe favorable de intervención;
además no refleja las medidas de seguridad a adoptar, ni la zona de
aparcamiento; tampoco detalla quién se encargará de la limpieza después
del concierto ni la forma en que se produciría el desalojo de ser
necesario.
Por su parte, la Diputación
de Burgos asegura que la zona se ha acondicionado especialmente para el
concierto y que no habrá riesgo para ninguno de los restos arqueológicos
de la zona.
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