15 de septiembre de 2002

ABC, Madrid

Barceló muestra en Roma sus nuevas obras inspiradas en Pompeya
CRISTINA CABREJA

Lo novedoso de esta muestra son las obras en las que este español universal se ve influido por el arte de Pompeya. Decoradas con los ocres de la época, y utilizando los mismos materiales que se usaban entonces, Barceló recrea vasijas incorporando elementos más cercanos en el tiempo, como los «tajos» de Lucio Fontana.

ROMA. Miquel Barceló es el gran protagonista de la exposición que la Galería de Arte Moderno de Roma presenta hasta el 12 de enero del próximo año. Se trata de la mayor retrospectiva que el artista mallorquín ha realizado hasta el momento en Italia, un país con el que se encuentra muy vinculado. La exposición cuenta con 60 obras, lienzos y esculturas, que recorren las distintas etapas del autor, desde el 1983 hasta el presente, así como 16 cerámicas que el artista realizó la pasada primavera en Vietri, una localidad cercana a Nápoles donde Barceló trabaja a menudo.

La selección de las obras se ha realizado con el objetivo de expresar lo mejor posible el calor y los colores del Mediterráneo. «He visto por primera vez las obras de Barceló en España en 1998 y me quedé fascinada. Afortunadamente, trabaja a menudo en Italia y ha sido fácil convencerle. Su voz es una de las más auténticas y calientes de la cultura mediterránea actual», así presentaba a Barceló la directora del Museo, Sandra Pinto.

Veinte años de creación
Destaca por su originalidad la «puesta en escena» de las obras. La comisaria de la exposición, Anna Mattirolo, ha querido representar en las grandes salas del museo, uno de los talleres desordenados y genuinos en los que trabaja Barceló en todo el mundo. «Es un artista que no se detiene nunca, y tampoco su pintura. Aquí están representados veinte años de su vida», explicó Mattirolo.

Para Barceló, la muestra romana representa un gran reto. Superará con creces su última presencia en Trento en 1993 y el resto de las exposiciones que ha realizado en este país. «Me da un poco de impresión verme en estas salas gigantes. Sobre todo, porque he venido muchas veces a visitar el museo en busca de uno de los escultores que más me han impresionado: Medrardo Rosso», comentó el artista mallorquín.

La exposición comienza con sus grandes telas de los «viejos tiempos», autorretratos, naturalezas muertas, alegorías, cuando trabajaba apoyando sus telas en el suelo y decoraba con los movimientos de su cuerpo. De esta época es «La Biblioteque à la Mer», pintado en 1984, el año que conoció a su mujer, Cécile Franken; se trasladó a París y participó en la Bienal de Venecia, un paso que le permitió ser conocido internacionalmente. Después, están sus innovaciones con la materia. El uso de arena, lava, sedimentos de los ríos, y otros elementos de la naturaleza, se han convertido en una de sus señales de identidad, como en el «Grand animal europeu» (1991).

Su actualidad presente
Todo hasta llegar a la actualidad, con sus cuadros colgados del techo para crear estalactitas de color. Pasando de sus colores vivos y calientes a blancos íntimos como el del «Mares del Norte» (2002), sin olvidar sus bronces y la novedad de las cerámicas. «Yo he realizado muchas cosas y a veces no me acuerdo de todas mis obras. Verlas expuestas en estas salas es estupendo», dijo Barceló.

Las cerámicas, la gran novedad artística de Barceló, emulan las vasijas rescatadas en las excavaciones de Pompeya. Decoradas con los colores ocres de la época, como el mismo artista revela, utiliza los mismos materiales que se usaban entonces.

Barceló, incansable viajero, ha encontrado en Vietri, cerca de las excavaciones de Pompeya y Pestum, una nueva inspiración para sus obras. «Es un sitio magnífico, y lo mejor es que tengo a disposición los materiales que usaron los artistas de Pompeya hace dos mil años, la arcilla y los pigmentos antiguos, como el negro de manganeso», explicó el polifacético artista durante la presentación de la muestra. De sus últimos trabajos, el pintor aún no se muestra muy convencido. «Tengo que metabolizar mis últimos trabajos», dijo. «Las últimas obras siempre me inquietan porque las siento todavía vivas. Sin embargo, las otras es como si las hubiera hecho otra persona». Tras esta exposición, Barceló se enfrenta a un reto mayor: «En realidad, todas estas cerámicas han sido como un ensayo para la Catedral de Palma».


©Agamador & Tiresias, 2002. Todos los derechos reservados. Culturaclasica.com se reserva todos los derechos. Todas las imágenes que aparecen en estas páginas son propiedad de culturaclasica.com o han sido tomadas de internet.