La biblioteca será el nuevo faro cultural de Alejandría.
Cuentan
que,
de
las
siete
maravillas
del
mundo
antiguo,
sólo
una
fue
diseñada
por
razones
prácticas,
el
faro
de
Alejandría,
cuyos
destellos
se
podían
ver
desde
más
de
50
kilómetros
de
la
costa.
Los
cálculos
para
la
estructura
del
faro,
el
edificio
más
alto
del
planeta
en
su
tiempo,
se
hicieron
dentro
de
otra
joya
de
la
ciudad
fundada
por
Alejandro
Magno
y
cuya
luz
llegaba
incluso
más
lejos:
la
Gran
Biblioteca
de
Alejandría.
La
biblioteca
desapareció
hace
cerca
de
dos
mil
años,
a
causa
de
un
gran
incendio
-según
algunas
teorías-
pero
ahora,
como
la mítica
ave
del
desierto
árabe,
ha
resurgido
de
las
cenizas
de
la
historia.
Legado
universal
Nueva
Bibliotheca
Alexandrina
|
- Superficie:
36.700
m²
- 3500
asientos
- 4-8
millones
de
volúmenes
- 50.000
mapas
- 100.000
manuscritos
- 200.000
discos/cintas
- 50.000
discos/videos
|
Susan
Mubarak,
esposa
del
presidente
de
Egipto
y
una
de
las
signatarias
de
la
Declaración
de
Aswán
para
el
Renacimiento
de
la
Antigua
Biblioteca
de
Alejandría,
adoptada
en
febrero
de
1990,
presidió
su
preapertura.
La
nueva
biblioteca,
construida
a un
costo
de
US$230
millones,
permanecerá
abierta
durante
seis
semanas
para
probar
sus
computadoras
y
sus
instalaciones
audiovisuales
y de
conferencia,
en
preparación
para
la
inauguración
oficial,
que
tendrá
lugar
el
próximo
23
de
abril,
en
ocasión
del
Día
Internacional
del
Libro
de
las
Naciones
Unidas.
"La
Bibliotheca
Alexandrina
servirá
de
testimonio
a un
momento
decisivo
en
la
historia
del
pensamiento
humano:
el
intento
de
crear
un summum
del
conocimiento,
de
reunir
las
escrituras
de
todos
los
pueblos
[...],
una
empresa
original
que,
al
abarcar
la
totalidad
y
diversidad
de
la
experiencia
humana,
se
convirtió
en
la
matriz
de
un
nuevo
espíritu
de
indagación
crítica,
de
la
percepción
elevada
del
conocimiento
como
un
proceso
de
colaboración",
plantea
la
Declaración
de
Aswán.
Espíritu
de
colaboración
En
los
siglos
en
que
floreció
la
Gran
Biblioteca,
algunos
de
los
más
distinguidos
investigadores
de
la
antigüedad
estuvieron
vinculados
a
ella.
Fue
en
Alejandría
donde
Euclides
desarrolló
la
geometría,
donde
Arquímides
inventó
la
bomba
de
agua
y el
astrónomo
Eratóstenes
-bibliotecario
en
jefe
después
de
Calímaco-
calculó
el
diámetro
de
la
Tierra,
más
de
15
siglos
antes
del
nacimiento
de
Copérnico
y
Galileo.
En
la
biblioteca
también
trabajaron
Ptolomeo,
el
gran
cartógrafo,
Dionisio
Thrax,
el
"padre"
de
la
gramática
y el
astrónomo
Aristarco
de
Samos,
quien
calculó
la
distancia
de
la
Tierra
a la
Luna
y
cambió
la
concepción
del
Universo,
al
plantear
que
nuestro
planeta
rotaba
alrededor
del
Sol.
El
espíritu
de
colaboración
de
la
Gran
Biblioteca
se
evidenció
en
la
traducción
del
hebreo
al
griego
de
lo
que
se
conocería
como
el
Antiguo
Testamento,
llevada
a
cabo
por
72
rabinos.
De
manuscritos
a
CD-ROM
La
colección
de
la
antigua
biblioteca
creció
gracias
a
una
estrategia
de
piratería
intelectual
que
escandalizaría
a
las
grandes
casas
editoriales
y
empresas
disqueras
modernas.
Cada
barco
que
pasaba
por
Alejandría,
uno
de
los
más
importantes
puertos
de
la
antigüedad,
era
abordado
y se
incautaba
cualquier
manuscrito
que
transportara.
Se
cree
que
la
biblioteca
se
quedaba
con
los
originales
y
hacía
llegar
copias
a
sus
antiguos
dueños,
amasando
así
una
colección
de más
de
medio
millón
de
manuscritos.
La
nueva
institución,
de
36.700
metros
cuadrados
de
superficie
y
diseñada
por
el
despacho
de
arquitectura
noruego
Snohetta,
reunirá
hasta
ocho
millones
de
volúmenes,
50.000
mapas,
100.000
manuscritos,
200.000
discos
o
cintas
de música
y
unos
50.000
materiales
audiovisuales,
la
mayoría
de
ellos
adquiridos
a
través
de
donaciones.
La
biblioteca,
abierta
a
cualquiera
que
necesite
sus
recursos,
podrá
ser
utilizada
por
3.500
investigadores
y
contará
con
un
centro
de
conferencias
de
3.200
asientos,
dos
museos,
un
planetario,
un
instituto
de
estudios
de
información
y
otro
de
caligrafía.
Colaboración
internacional
Su
catálogo
informatizado,
desarrollado
en
colaboración
con
Francia,
será
un
testimonio
más
de
la
sofisticación
de
la
antigua
biblioteca,
la
primera
en
clasificar
su
colección.
Los
equipos
audiovisuales
han
sido
donados
por
Japón,
el
laboratorio
para
la
restauración
de
manuscritos
por
Italia
y
los
equipos
para
el
transporte
de
documentos
por
Alemania.
La
colección
se
enriquecerá
con
regalos
de
todas
partes
del
mundo,
a raíz
de
una
petición
lanzada
en
1987
por
el
ex
director
general
de
la
UNESCO,
Mahtar
M´Bow,
quien
dijo
que
la
biblioteca
transformaría
la
escena
cultural
del
Medio
Oriente
y
los
países
del
Magreb.
Así
se
hará
realidad
el
sueño
del
historiador
Mostafa
el-Abbadi,
educado
en
la
Universidad
de
Cambridge,
Reino
Unido,
quien
se
propuso
en
1974
devolver
a
Alejandría
y al
mundo
la
Gran
Biblioteca
e
insistió
hasta
obtener
el
apoyo
del
presidente
de
la
Universidad
de
Alejandría,
el
Dr.
Lufti
Dowidar,
del
gobierno
egipcio
y,
finalmente,
de
la
UNESCO.
A
partir
de
abril
de
2002,
el
nuevo
faro
cultural
de
Alejandría
estará
abierto
al público.
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