LOURDES
MORGADES
|
Barcelona
Seis
son
las
óperas
surgidas
de
la
fructífera
unión
entre
el
escritor
austriaco
Hugo
von
Hofmannsthal
y
el
compositor
alemán
Richard
Strauss.
En
la
segunda,
Ariadne
auf
Naxos
(1916),
ensayaron
la
fórmula
de
unir
dos
mundos
opuestos,
la
ópera
seria
y buffa,
la
tradición
y
la
modernidad,
un
juego
dialéctico
del
que
el
director
de
escena
alemán
Uwe
Eric
Laufenberg
se
sirve
en
su
versión
de
la
obra,
que
el
próximo
sábado
estrena
el
Liceo
de
Barcelona,
para
analizar,
a
través
del
psicoanálisis,
los
cambios
y
la
transformación
de
la
sociedad
europea
a
principios
del
siglo
XX
que
desembocaron
en
la
I
Guerra
Mundial.
Creada
para
el
Teatro
de
la
Monnaie
de
Bruselas,
donde
se
estrenó
en
1997,
la
producción
de Ariadne
auf
Naxos
que
firma
Laufenberg
obtuvo
elogiosas
críticas
y
está
considerado
como
uno
de
los
más
logrados
trabajos
del
director
de
escena
en
el
mundo
de
la
ópera.
El
montaje,
del
que
el
coliseo
lírico
barcelonés
ofrecerá
nueve
representaciones
hasta
el
próximo
12
de
noviembre,
ha
sido
ahora
comprado
por
el
Liceo
que
lo
presenta
bajo
la
dirección
musical
de
Friedrich
Haider
y
con
las
sopranos
Adrianne
Pieczonka,
Edita
Gruberova
y
Heidi
Brunner,
el
tenor
Robert
Dean
Smith
y
los
barítonos
Wojtek
Drabowicz
y
Wolfgang
Brendel
en
los
papeles
principales.
En
el
que
fue
su
tercer
montaje
operístico,
Ariadne
auf
Naxos,
el
director
teatral
y
actor
alemán
Uwe
Eric
Laufenberg
se
enfrentó
a
una
obra
con
la
que,
según
confesión
propia,
creció
teatralmente
viendo
la
producción
que
el
fallecido
director
de
escena
francés
Jean-Pierre
Ponnelle
realizó
en
1973
para
la
Ópera
de
Colonia,
ciudad
en
la
que
nació.
Pero
ese
elogiado
montaje
no
le
influyó
a
la
hora
a
abordar
la
ópera
de
Richard
Strauss.
Época
de
transformación
'Mi
versión
es
muy
diferente',
asegura.
'Yo
sitúo
la
acción
hacia
la
mitad
de
la
segunda
década
del
siglo
XX,
antes
de
que
estallara
la
I
Guerra
Mundial,
porque
Hofmannsthal
aborda
el
mito
griego
de
Ariadna
desde
su
propia
época,
desde
ese
momento
político
y
social
de
transformación
que
vive
Centroeuropa
con
la
caída
del
Imperio
Austro-Húngaro'.
La
ópera,
concebida
en
un
solo
acto
con
un
prólogo,
sitúa
originalmente
la
acción
en
la
Viena
del
siglo
XVII
y
narra
la
representación
de
una
ópera
seria
de
tema
mitológico
y
una
comedia
para
festejar
el
aniversario
de
un
aristócrata,
quien
para
abreviar
los
actos
decide
que
ambas
obras
se
interpreten
a
la
vez
ante
el
desespero
del
compositor
de
la
obra
seria.
'Mi
concepción
escénica
trata
de
unir
estos
dos
mundos
distantes,
que
a
la
vez
representan
dos
niveles
de
la
sociedad,
que
acaban
encontrándose',
explica
el
director
de
escena,
que
ve
en
el
libreto
de
Hofmannsthal
la
influencia
de
Sigmund
Freud
y
sus
teorías
del
psicoanálisis.
'Toda
la
obra
tiene
una
gran
trasfondo
psicológico
y
en
la
puesta
en
escena
está
esta
influencia'.
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