Curso
2002-2003
Cómo
se
lee
un
texto
filosófico
Leer
honradamente
un
texto
filosófico
es
ante
todo
dejarse
sorprender
por
sus
palabras:
ser
sensible
a sus
matices,
evitar
la
tentación
de
aplanarlo
todo
en
doctrinas
y
opiniones
consabidas
y
estar
bien
atento
a las
señas,
siempre
indirectas
y como
a
contrapié,
con
las
que se
nos
apunta
a lo
asombroso
e
inquietante
que se
esconde
en lo
que en
la
rutina
cotidiana
aparecía
como
trivial.
Pues
los
filósofos
no
tienen
ideas
ni
opiniones,
lo que
tienen
son
ojos:
ojos
para
ver lo
que
tenemos
continuamente
delante,
o
mejor,
no
delante,
sino
alrededor,
porque
en
ello
estamos.
Y eso,
precisamente
porque
está
ahí
siempre,
no se
hace
notar
nunca.
De ahí
la
dificultad
de
reparar
en
ello,
de ahí
que
los
textos
filosóficos
sean
siempre
en
mayor
o
menor
grado
enigmáticos.
Tienen,
en
efecto,
la
paradójica
misión
de
llevarnos
al
conocimiento
de
ciertas
cosas
mediante
palabras,
mitos,
imágenes,
que sólo
son
entendibles
si
esas
cosas
son de
algún
modo
ya
conocidas.
De ahí
que el
único
método
adecuado
para
leerlos
sea
mirar
por
uno
mismo
aquello
de lo
que
nos
hablan.
Se
genera
así
un
incesante
ir y
venir
del
texto
a la
vida y
de la
vida
al
texto,
hasta
que al
final,
si
todo
sale
bien,
habremos
entendido
el
texto.
Haber
entendido
el
texto
será
entonces
haber
entendido
un
poco
mejor
la
vida.
*
Clases
de
octubre/noviembre
a
junio.
Curso
A:
Cómo
se lee
un diálogo
de
Platón:
el Fedón.
Los
martes,
de
20.30
a 22
h., a
partir
del 29
de
octubre.
Curso
B:
Cómo
se lee
un
poeta
presocrático:
Heráclito.
Los
jueves,
de
20.30
a 22
h., a
partir
del 31
de
octubre.
Las
clases
están
a
cargo
de
Miguel
Lizano
(ver
abajo)
y
tienen
lugar
en
C.E.S.
Numen,
c.
Piamonte
nº 7
(metro
Chueca).
Cada
curso
35
euros
al
mes.
Ninguno
de los
cursos
presupone
en los
participantes
conocimientos
de
griego
antiguo
ni de
filosofía,
pero
los
dos se
proponen
ser útiles
también
a
quien
los
tenga.
Breve
programa
Curso
A. ¿Cómo
se lee
un diálogo
de
Platón?
El Fedón
-
Carácter
literario
de la
obra
de
Platón.
-
El
modelo
básico
de diálogo:
examen
del
Laques:
"¿Qué
es ser
valiente?".
La
cuestión
de
saber
en
cada
momento
qué
hacer.
-
La
figura
de Sócrates.
-
Lectura
del diálogo
dedicado
a la
muerte
de Sócrates,
el Fedón.
Se
tratará
de
tener
siempre
presente
la
ligazón
de
cada
nueva
página
con
las
anteriores
para
captar
la
unidad
del diálogo.
Se
tendrá
especialmente
en
cuenta:
-
Su
carácter
de
ficción
y su
situación
en la
ficción
global
del
conjunto
de los
diálogos.
-
Cómo
la
propia
composición
dramática
nos
marca
algunos
tramos
del diálogo
como
portadores
de una
relevancia
especial;
cierto
tramo
aparece
así
como
"el
centro
del diálogo".
-
Cómo
la
impresión
que el
lector
moderno
tiene
de que
algunos
tramos
son
"tontos"
o caen
en
sofismas
se
debe a
que no
se
toma
el
trabajo
de
leerlos
como
filosofía.
-
Alusiones
indirectas
mediante
las
cuales
se
sugiere
algo
sin
decirlo
expresamente.
Ocasiones
en que
el
lector
debe
rellenar
por sí
mismo
una
casilla
que
Platón
deja
vacía.
-
Cuál
es la
cuestión
que en
el
fondo
se
debate
(=qué
sentido
tiene
en el
diálogo
la
cuestión
de la
inmortalidad
del
alma);
conceptos
clave
en
torno
a los
cuales
esa
cuestión
se
juega;
cómo
esos
conceptos
se van
enriqueciendo
en
matices
y
conexiones
a lo
largo
del diálogo.
-
Sentido
de los
elementos
que
para
el
lector
moderno
ya no
son
obvios:
el
dios
Apolo,
por
ejemplo,
o la música.
-
Resonancias
de
ciertas
palabras
griegas
que en
la
traducción
se
pierden
(p.
ej. ¿qué
significaba
literalmente
la
palabra
que se
traduce
como
"morir"?).
Cómo
la
traducción
a
lengua
moderna
da a
ciertas
expresiones
un
sentido
religioso,
incluso
cristiano,
que en
el
original
distan
mucho
de
tener.
-
Y,
sobre
todo, Cómo,
bien
leído,
el diálogo
en
absoluto
tiene
el
sentido
edificante
y
curil
que en
él se
suele
ver.
Curso
B. ¿Cómo
se lee
un
poeta
presocrático?
Heráclito
-
Cómo
han
llegado
hasta
nosotros
los
fragmentos
del
libro
de Heráclito.
La
reconstrucción
de lo
auténticamente
dicho
en él.
-
El
libro
en el
contexto
de los
géneros
poéticos
griegos.
Su carácter
fragmentario
le
confiere
un carácter
de
puzle
que
reclama
resolución.
-
Ensayo
de un
orden
de
lectura
que
haga
visible
la
trabazón
irrompible
del
conjunto
de los
fragmentos
(aproximadamente:
-
Un
"decir"
que no
traiciona
su
destino;
cómo
la
cuestión
del
decir
nos
lleva
por sí
misma
a lo más
esencial
que
Heráclito
tiene
que
decirnos.
-
Cómo
los
hombres
no
perciben
aquello
en lo
que
están.
-
Yo
soy en
cierto
modo
el
mundo.
¿"Me
he
buscado
a mí
mismo"?
Los límites
del
alma.
-
La
unidad
que se
esconde
en
todas
las
cosas:
"el
saber",
"lo
mismo",
"el
dios".
"La
guerra".
-
El
fuego.
Fuego,
tierra
y
agua.
El
"salir
a la
luz"
que
gusta
de
esconderse.
-
Dioses
y
hombres.
-
Alma
seca y
alma húmeda.
La
unidad
en el
alma:
¿cuál
es la
mejor
lectura
del
fr.
49?
-
Sueño,
vigilia
y
muerte.
La
asunción
de la
muerte.).
En
todo
ello
se
trata
de
encontrarle
a cada
fragmento
el
sentido
más
interesante,
el que
descubra
más,
el que
nos
muestre
que
"también
aquí"
-en lo
más
trivial-
"hay
dioses",
hay
motivo
de
asombro.
*
Miguel
Lizano
Ordovás
ha
estudiado
en las
universidades
de
Barcelona
y
Heidelberg.
Se
doctoró
en
filosofía
con la
tesis
"El
alma y
los
nombres,
una
lectura
del Crátilo
de
Platón"
(1994).
En el
campo
de la
filosofía
griega
es
autor
de artículos
aparecidos
en
revistas
especializadas
como
Emerita
o
Zeitschrift
für
philosophische
Forschung,
así
como
de ponencias
presentadas
en
congresos
(singularmente
"Paradoja
y aporía
en el
símil
de la
caverna",
leída
en el
congreso
platónico
de
Lima
del año
2000).
Su
interpretación
del
Fedón
recoge
los
frutos
de un seminario
que
con
ese
tema
impartió
en el
Ateneo
de
Madrid
el
curso
2000-2001,
mientras
que su
interpretación
de Heráclito
ha
sido expuesta
en una
edición
de los
fragmentos
de ese
filósofo
todavía
inédita.
Han
aparecido
artículos
suyos
en la
revista
Archipiélago. |