La rehabilitación de Sagunto costará seis millones de euros

Todavía no se sabe quién pagará la factura del derribo que devolverá al teatro su aspecto original

Aún no se sabe quiénes formarán la comisión encargada de afrontar las obras de demolición y, todavía, no hay nadie que quiera asumir el coste que devolverá al Teatro Romano de Sagunto el aspecto que tenía antes de 1988. Las dos cuestiones dejan al monumento en medio de la polémica.

Raquel P. Ejerique - Valencia.-
Aunque el proceso legal ha concluido, en el caso del Teatro Romano de Sagunto aún hay algunos frentes abiertos. Falta por ver quienes formarán la comisión -habrá arquitectos, historiadores, delineantes- que decidirá cómo ejecutar la demolición de la parte nueva de este espacio. Desde instancias oficiales no se quisieron adelantar nombres, sin embargo, el abogado que inició el proceso legal para que el Teatro recuperara el aspecto que tenía antes del año 1988, Juan Marco Molines, apuntó que planteará al Consell estar presente en esa comisión «así como debería estar la Generalitat y el Ayuntamiento de Sagunto».
Las personas que compongan el equipo definitivo de la comisión deberán centrarse solamente en asuntos de carácter técnico. Así ya lo advirtió en su momento la subsecretaria de la Conselleria de Cultura, Cármina Nacher: «Nunca hemos hablado de valores relacionados con la historia o la estética».
Por otro lado, queda por ver quién pagará la factura de estas obras. El letrado consideró que «el Ayuntamiento de Sagunto debería asumir una parte importante» de estas obras de reversibilidad, e incluso apuntó que pretende plantear un incidente previo de ejecución de sentencia para que el consistorio cargue con parte de los gastos, ya que «la sentencia declara también irregular la licencia de obras que se concedió». El importe del derribo -que aciende a unos 6 millones de euros según el abogado demandante, Marco Molines, y sin determinar según Nácher- fue uno de los caballos de batalla en las reacciones políticas. Manuel Civera, presidente de la Fundación Municipal de Cultura de Sagunto y concejal del Bloc, declaró que «este gasto es una burla y un sarcarmo, que paralizará la vida económica del núcleo histórico de esta localidad.
Por su parte, el PSPV hizo mella desde las palabras del portavoz del grupo parlamentario socialista, Joaquim Puig, quien señaló que «el Gobierno valenciano ha actuado desde el rencor y la venganza política» y opinó que «no es una prioridad política derribar el Teatro Romano de Sagunto».
Por su parte, el secretario general del partido, Joan Ignasi Pla, calificó de «auténtica barbaridad» la demolición. Alejandro Font de Mora, portavoz del grupo parlamentario popular, recomendó al PSPV ser «menos arrogante», además de señalar que «muchos problemas proceden de las chapuzas y actuaciones disfuncionales hechas por ellos».

Por otra parte, el festival «Sagunt a Escena» se ha quedado en el aire. Si bien la subsecretaria de la Conselleria de Cultura, Carmen Nácher, afirmó que las representaciones de agosto se harían con el aspecto que presenta en la actualidad esta pieza patrimonial, Marco Molines apuntó que «va a estar mal que se haga ninguna representación, porque no se pueden estar haciendo representaciones y obras a la vez», lo que supone que el letrado, ex diputado del PP, sí ve plausible que se empiece la deconstrucción a corto plazo.
Todavía no se ha puesto una fecha concreta al comienzo de estas nuevas obras en el Teatro Romano, pero se barajó que podría ser septiembre. Estas nuevas intervenciones en el Teatro romano de Sagunto afectarán al escenario, los laterales y las gradas del coso que se derribarán. Las obras intervendrán en casi todo el conjunto, aunque el grado de reversabilidad en cada uno de los puntos del teatro será diferente, dependiendo de la zona.