La Razón, viernes 29 de marzo de 2002

Francisco Rodríguez Adrados: «Las humanidades son un antídoto contra lo fácil y lo práctico»

Con una larga trayectoria académica a sus espaldas, explica ahora en un libro los principales problemas de las humanidades y la educación.

Javier ORS
Es uno de los mayores defensores del griego, del latín, de las letras. Ahora, en «Humanidades y enseñanza. Una larga lucha» (Taurus) repasa los problemas que han relegado a las hu- manidades a la situación actual de marginación. Aunque las cosas, pueden cambiar.

-¿Hacia dónde han evolucionado las humanidades?
-Su evolución culminó en la Logse. Las lenguas clásicas y las humanidades descendían de peso. Ahora, hay un intento de recuperación que durante la anterior legislatura del PP no llegó muy lejos, espero que esta vez lleguen más lejos.
-Los alumnos llegan con carestías a las universidades ¿Por qué?
-Han bajado los niveles en la enseñanza media. Ha habido esa técnica de que lo importante no es saber cosas, sino aprender. La enseñanza lúdica, agradable. La mirada dirigida a lo práctico y al presente, el olvido de los valores culturales y la exigencia, y la degradación de los sistemas de exámenes. Todo esto ha influido. Esperamos que vaya cambiando. También esperamos que se dedique tiempo a las materias serias y la eliminación de tanta opcional que quita mucho tiempo, espacio mental y seriedad.
-¿Por qué se optó por esto?
-En determinadas tendencias ideológicas, la enseñanza tiene que ser igual para todos y eso exige bajos niveles, todo cosas prácticas y no grandes problemas teóricos. Esta tendencia a igualar los niveles, a no poner metas de esfuerzo, de competencia, ha sido fatal. De esta enseñanza han sido víctima las humanidades.
-¿Cómo se van a integrar alumnos que provienen de otros países y que tienen niveles más bajos?
-Eso es un problema difícil. Habrá que estudiarlo. Por ejemplo, a mí me parece que en un centro de enseñanza española no deberían entrar alumnos sin conocimientos en lengua española. Eso tendría que ser una paso previo.
-¿Cómo influye la televisión?
-En términos generales es desfavorable. Es una información sin organizar y si no hay una cultura que la organice y se convierte en una masa indigesta. Por otro lado, favorece la cultura del ocio, según la cual la vida solamente es diversión, risas y algunas noticias de vez en cuando. Quita espacio mental para la reflexión profunda. No se puede hacer filosofía en televisión. Es un mundo que roza de manera tangencial con la cultura.

Automatismo

-Usted alude al atomismo del conocimiento...
-El especialismo tiene sus ventajas a partir de un momento, pero si no hay una base general, esas disciplinas se atomizan. Si sólo hubiera especialistas sería terrible. Lo que se está perdiendo en España es la base humanística general. La alta cultura media del bachillerato y de las facultades universitarias. Nosotros conocemos a partir de esquemas mentales que tenemos, sino, no vemos más que masas confusas y sin relación.
-¿Cuál es su opinión sobre la reválida?
-Creo que es imprescindible que haya un control del conocimiento porque todas las reformas han arrasado con los exámenes de control. No se estudia para aprobar una reválida, pero tiene que haber un control..
-¿Cómo sería un mundo sin humanidades?
-El presentismo, el practicismo y el hedonismo. Esas tendencias existen. No me hable del pasado, de las grandes ideas. Esas tendencias poco críticas, poco intelectuales, que ya dominan la escena nuestra, se agravarían. Las humanidades son un antídoto contra lo fácil y lo práctico.
-La decadencia creativa en las artes o las ideologías derivan de esto?
-Es posible. Las tradiciones clásicas estimulan la creatividad. La creación parte de modelos, invirtiéndolos, criticándolos, negándolos. No se puede colgar un plato en la pared, si no hay antes un gancho. No se puede crear en el vacío, ir con la cabeza vacía. Vaya con la cabeza llena de modelos. Y sobre ello, se inventa algo. No se puede tener nada más que cuatro tópicos. Hay un cierto vaciamiento y sólo una búsqueda de los práctico y lo inmediato y sólo de unas determinadas y concretas especialidades.