Voces griegas contra el nuevo
museo
Mientras tanto, en Atenas
también cuecen habas. Giorgios Dontas, presidente de la Sociedad Arqueológica
de Atenas y ex director de la Acrópolis, ha puesto el grito en el cielo
porque considera que la construcción del museo para albergar los frisos del
Partenón (una apuesta del ministro de Cultura, Evangelos Venizelos, para
justificar su reclamación histórica) se está llevando por delante
importantes yacimientos, como los restos de una aldea cristiana y unos baños,
cuyos orígenes se datan en el Neolítico y que funcionaron hasta la época
posterior a Bizancio. Apoyan sus críticas 300 personalidades del mundo académico
y cultural y éstas se extienden, señalando que «el emplazamiento del museo,
una gran nave acristalada, es el peor de los posibles y que su tamaño, aún
mayor que el Partenón, lo pondrá en competencia con la Acrópolis. Es un
crimen lo que están haciendo y sólo nos daremos cuenta cuando esté medio
construido. La locura de querer acabar con las obras para los Juegos Olímpicos
no sólo es algo imposible, sino que es peligrosa y destructiva».
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