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«Carpe Diem». Ángela Vallvey lo tiene claro: Hay que aprovechar cada día |
Vallvey: «Ulises era un pendón que engañó durante 20 años a Penélope»
Se considera un caso insólito. Ángela Vallvey afirma que en Italia los taxistas la reconocen, pero en España su nombre ha empezado a sonar después de convertirse en la ganadora de la 58ª edición del Premio Nadal con «Los estados carenciales». «La Odisea» de Homero y el «Ulises» de Joyce son las fuentes de las que ha bebido para crear una novela «que demuestra que la vida puede ser un poema épico».
Sonia Doménech - Barcelona.-
Dice que se crece en cada novela, que cada nuevo libro es un paso más en una
carrera que, según sus propias palabras, está ya perfectamente diseñada. Ángela
Vallvey no se refiere a los éxitos que pueda ir cosechando -convertirse en la
ganadora del Premio Nadal, el último- sino más bien al contenido de sus obras
con las que quiere hacer un poco más felices a los lectores. Es síntoma de la
perfección de la que hacen gala los suizos. Ella no lo es (nació en Ciudad
Real en 1964), aunque quizá se le ha pegado un poco la perfecta puntualidad,
pues vive en Ginebra desde hace varios años. En el título
de la obra galardonada, «Los estados carenciales», recuerda un antiguo
anuncio de aspirinas, la clásica solución a los dolores de cabeza.
-Éste es un libro terapéutico; te cura de alguna manera. La
literatura, en general, es así y yo he querido poner el énfasis en esto para
que el lector vea que tiene una riqueza absoluta.
-También existen los libros de autoayuda a los que usted
satiriza.
-He querido hacer una sátira de este tipo de libros. Los
descubrí hace cinco años y empecé a pensar en escribir una novela porque vi
mucho tema, me di cuenta que se le puede sacar mucho jugo literario. Es un tipo
de prosa que está ahí y no se puede obviar y, además, utiliza muchas citas
literarias, incluso de Dostoievski, o citas de filósofos, puesto que no hay
que olvidar que su objetivo no es aburrir a nadie sino descubrir la felicidad.
-¿Y por ello decide inspirarse en Homero?
-Mi modelo era «La odisea» de Homero y, un poco, el «Ulises»
de Joyce. De alguna manera, quería explicarme a mí misma que la vida puede
ser un poema épico. Además, es un homenaje a la cultura clásica.
-Amor y desamor entre dos personas ¿El mito de Ulises continúa
teniendo actualidad?
-La obra de Homero es un modelo arquetípico de lo que son
una serie de dificultades. Ulises era un pendón que durante 20 años estuvo
engañando a la pobre Penélope, sedente, pasiva, lo que demuestra que hay
valores permanentes, que en la cultura clásica hay una esencia totalmente válida
hoy en día y una historia universal, aunque ahora sea un pelín distinta es válida.
-¿Son Joyce y Homero sus únicos referentes literarios?
-Siempre que se me pregunta por mis referentes prefiero no
contestar. Trato de tener mi propia voz a base de muchas lecturas. Además,
imagino que las lecturas que más me han marcado son las que haces de joven y
adolescente, los libros de Stevenson y Twain, la novela española... son muchas
cosas.
-Los titulares apuntan que es usted un caso insólito en la
literatura nacional. Su novela «A la caza del último salvaje» ha sido
traducida a ocho idiomas, en cambio, en España es una desconocida.
-Sí, es verdad. En Italia me conocen, incluso, los taxistas.
Aquí, en cambio, la gente me conoce más en el mundo de la poesía; en
narrativa, he tenido excelentes críticas y vendo más que algunos que se
consideran de los famosos porque aparecen mucho en la vida pública, pero es
cierto que soy desconocida para la mayoría.
-¿Hay algún tipo de relación temática con sus anteriores
novelas «A la caza del último salvaje» y «Vías de extinción»?
-No. La relación temática no está nada clara; no soy de
esas personas que escriben siempre el mismo libro. Para eso escribes uno y,
después, te callas.
-¿Y tienen algún tipo de relación su narrativa y su obra
poética?
-Absolutamente ninguna. No tengo nada que ver. Además, la
autoestima que tengo como poeta es muy buena, en cambio, como narradora me
crezco libro a libro. Soy de la opinión que la poesía puede arruinar una
narración, puede haber unas gotitas en mis novelas, pero nunca escribiré
prosa poética.
-¿Lo tiene todo planificado?
-Tengo en mente las ideas de las novelas que quiero en la
cabeza. Hay que aprovechar cada día que pasa porque no sabes que puede pasar
mañana, pero no quiero llegar a los cien años.
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