La
Fundación Riotinto (Huelva) inauguró a principios de año una mina
romana, idéntica a las existentes en las explotaciones de esta
localidad, a 250 metros bajo tierra. La reproducción se halla en el
museo minero de Riotinto. Los romanos, que explotaron esas minas en los
siglos I y II después de Cristo, se dedicaron a la extracción de oro.
Para los duros trabajos bajo tierra utilizaban a esclavos o delincuentes,
condenados a cumplir su pena en la mina. Un trabajo durísimo que, además,
realizaban sujetos con grilletes para que no pudieran escapar. En muchos
casos, a aquellos hombres les aguardaba la muerte por extenuación a las
pocas semanas de iniciar su labor en la mina, según José María Mantecón,
director general de la Fundación Riotinto.
La
reproducción de la mina, cuya visita se prolonga durante unos 30
minutos, se inspira en las existentes en Riotinto y en La Unión
(Murcia). La construyeron alumnos de la escuela-taller de Riotinto con
materiales como arcilla. Las travesías son oscuras, con alguna pequeña
lámpara que trasmite tonalidades en rojo: Tal como eran. Hay una
permanente sensación de humedad, sonido de agua: un elemento importante
en los trabajos de aquellos yacimientos.
La
mina está formada por galerías de investigación, que muestran las
labores de preparación; dos cámaras, que reflejan los trabajos de
extracción; galerías de comunicación; dos pozos, uno de extracción y
acceso, y otro destinado a la ventilación e iluminación, y un canal de
desagüe.
Están
también los materiales que usaban aquellos mineros y la reproducción,
como un esqueleto en hierro, de uno de los trabajadores de la mina, con
el martillo, con sus grilletes puestos. La mina transmite una sensación
de misterio, de peligro. Los romanos entibaron (para sujetar el techo) el
acceso a la mina y las galerías con costillas de madera -generalmente
utilizaban encinas- que evitasen el desprendimiento de piedras y la caída
de tierras. Y están las dos enormes norias de la cámara de drenaje, uno
de los principales atractivos de la visita. 'Es una cámara profunda y
desde allí se saca el agua al exterior, elevándola de nivel por pisos.
Para ello, los romanos instalaron un sistema de desagüe consistente en
parejas de norias. Más de 40 norias han sido halladas en Riotinto, en
filón norte y filón sur, de las que hoy tan sólo se conservan parte de
dos de ellas, una en el Museo Provincial de Huelva y otra en el Museo
Británico de Londres', explica Guiomar Fernández Troncoso,
directora-conservadora del museo.
La
Fundación Riotinto se creó en 1987 a fin de poner en valor el
patrimonio de la comarca minera de Huelva. En la fundación trabajan 12
personas, todas de la zona, la mayoría procedentes de la escuela-taller.
Esta organización benéfica recuperó el viejo hospital de Riotinto y
ofrece a los visitantes un museo minero, una necrópolis romana, un paseo
por ferrocarril y la visita a cielo abierto de la Corta Atalaya, una mina
abandonada excavada bajo tierra. La fundación pretende contribuir a la
reactivación de la deprimida comarca minera de Riotinto a través del
turismo.
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