JEREMÍAS CLEMENTE | Mérida
El Festival de Mérida
eleva hoy al rango de protagonista teatral a un personaje desmesurado y
ambicioso: Agripina, la madre de Nerón. Eugenio Amaya y Fermín Cabal
han rastreado los clásicos buscando la presencia de Agripina para, en un
trabajo de síntesis, plantear una reflexión contemporánea alrededor de
una cruel historia: la relación madre e hijo con el poder de fondo.
Tácito, Suetonio, Dión
Casio, Juvenal y Séneca aluden en sus textos clásicos a Agripina, hija
de Germánico, hermana de Calígula, esposa de Claudio y madre de Nerón.
'Pero es cierto que no hay un texto clásico específico sobre ella, sino
una recreación de su entorno', recordó ayer, en la presentación de la
obra, Jorge Márquez, dramaturgo y director del Festival de Mérida.
'Agripina es una curiosa gran tragedia que no estaba escrita. La ha
escrito Fermín Cabal', enfatizó el director de montaje, Eugenio Amaya.
'Que me mate con tal de
que gobierne ', llegó a decir Agripina, según la versión del astrólogo
Balbino. 'Esta respuesta describe la evolución de una relación que va
desde el amor incondicional al enfrentamiento y al odio', señala Amaya.
Fermín Cabal, que
confiesa que jamás pensó escribir una 'tragedia contemporánea',
asegura que es 'un trabajo sobre personajes al límite'. El montaje trata
de conjugar el legado monumental del teatro con las nuevas tecnologías,
y en este apartado ha sido fundamental el papel de Sean Martín como
escenógrafo. María Luisa Borruel interpreta a Agripina y José Antonio
Lucía encarna el papel de Nerón.
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