Ignacio Monzón | León www.elreservado.es 13/09/2010

La construcción de una vía de comunicación pone en peligro un yacimiento leonés.

León, tierra de reyes y fecunda en oro, salta a la palestra de la polémica este verano con motivo de la sempiterna querella “desarrollo versus patrimonio” –a veces histórico, a veces biológico–. En concreto se trata de un proyecto para la construcción de una autovía –la A-60– que conectaría las ciudades de León con la capital de la comunidad autónoma. El problema es que semejante recorrido pasaría por el yacimiento de Lancia, entre los municipios de Villasabariego y Mansilla Mayor (León), lo que sin duda alteraría negativamente el lugar.

Ecologistas en Acción ha solicitado una mayor vigilancia ante los informes de los descubrimientos del área que se vería afectada, de unos 1.200 metros cuadrados. Según el estudio, se podría destruir una necrópolis, un trecho de calzada romana, dos hornos de cerámica y algunas estructuras todavía no determinadas. También esgrimen como argumento que Lancia y sus 35 hectáreas fueran declaradas Bien de Interés Cultural en 1994, por lo que cualquier perturbación podría ser considerada un delito contra el Patrimonio.

Para la revisión del proyecto se ha creado una plataforma denominada “Salvemos Lancia” cuyas actividades pueden seguirse en algunas páginas de redes sociales y en su propio blog –http://www.salvarlancia.blogspot.com-. CCOO y una multitud de ciudadanos leoneses y no leoneses están prestando su apoyo a esta iniciativa. Así mismo se está procediendo a una recogida de firmas para su presentación ante las autoridades.

La antigua Lancia fue una ciudad prerromana del pueblo de los astures y de las fuentes clásicas –Tito Livio, Plinio el Viejo, Floro, Dión Cassio y Orosio principalmente– destacada por algunos como su principal enclave –Dión Cassio, Historia Romana, 53, 25, 8– que más tarde experimentó una reurbanización profunda durante los siglos II y I a. C., siendo ciudad peregrina hasta época de los Flavios -69-96 d. C.–. Abandonada durante el Bajo Imperio, el trabajo de campo permite conocer aspectos de una ciudad romana de origen indígena –sea o no Lancia, ya que algunos historiadores actuales la sitúan en Arrabalde (Zamora)– fosilizada en el tiempo.