Andalucia24horas.com, 5
de agosto de 2001
Los trabajos
arqueológicos del Templo Romano de Córdoba demuestran que fue restaurado a
finales del siglo II o comienzos del siglo III
Los trabajos arqueológicos
que se llevan a cabo en el Templo Romano de Córdoba desde principios de
julio han deparado el hallazgo de varias pruebas que demuestran que parte de
este recinto, que data de época Julio-Claudia (siglo I), fue restaurado a
finales del siglo II o comienzos del siglo III.
El arqueólogo coordinador de estos trabajos, Maudilio Moreno, explicó que
el descubrimiento de un muro para reforzar la base del edificio, así como
los restos encontrados en la zona de los contrafuertes de las antérides o
muros de contención y el pavimento de la plaza porticada que rodeaba al
templo confirman que éste sufrió varias reformas entre los siglos II y III.
Moreno indicó que esta restauración también pudo afectar al altar del
Templo Romano, ya que los restos que se conservan de esa zona son de piedra
caliza, cuando "lo normal", a juicio del arqueólogo", es que
si el ara perteneciera a la construcción original, fuera de mármol, puesto
que las obras de este recinto se llevaron a cabo durante los imperios de
Claudio, Nerón y Domiciano, épocas de gran esplendor de Roma.
El coordinador de estas excavaciones, ubicadas junto al edificio central del
Ayuntamiento, entre las calles Claudio Marcelo y Capitulares, comentó que
las reformas en la estructura original del templo se debieron bien al
deterioro de los materiales por el paso del tiempo o bien a algún desastre
natural concreto, como pudiera ser un terremoto.
Para comprobar si esta restauración fue motivada por un corrimiento de
tierra, Maudilio Moreno dijo que habría que conseguir conocer con más
exactitud la fecha de las reformas para, a continuación, investigar si en el
mismo periodo se llevaron a cabo rehabilitaciones similares en otros
edificios de la Córdoba romana.
Junto a estos hallazgos, el arqueólogo señaló que también se han
encontrado en estas catas algunos fragmentos de esculturas que formaban parte
del conjunto escultórico de la plaza porticada que rodeaba al templo, como
son la parte posterior de una cabeza en mármol de época Julio-Claudia y un
fragmento de la faldilla de una escultura toracata.
El Templo Romano, utilizado para el culto del emperador, tendría, según los
cálculos de Moreno, unas dimensiones de 32 metros de ancho por dieciséis de
largo, mientras que la plaza que lo envolvía sería de sesenta metros de
ancho por ochenta de largo.
Esta zona de Córdoba se constituyó durante la época de dominación romana
como Foro Provincial, que era donde estaban instalados los distintos órganos
encargados de dirigir la región, por aquel entonces conocida como la Bética.
Los trabajos continuarán en los próximos días para intentar extraer más
datos sobre esta construcción y, sobre todo, para conseguir hallar los
restos de la pavimentación de la plaza intermedia que supuestamente debería
unir el Templo Romano y el Circo, hallado en las excavaciones desarrolladas
en el Huerto de San Pablo, que pertenece al conjunto del Palacio de Orive.
Según Moreno, es "prácticamente imposible" que no existiera una
plaza entre ambos recintos que redujera el desnivel entre uno y otro -doce
metros de diferencia- y que permitiera el tránsito lateral de los habitantes
de la Córdoba romana.
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