Benjamín Prado reúne en ‘Los nombres de Antígona’ a cinco mujeres que lucharon por la libertad en su vida y en su obra literaria

MADRID, 7 de mayo (EUROPA PRESS)

El escritor madrileño Benjamín Prado presentó hoy su último libro, ‘Los nombres de Antígona’, una obra en la que relata la historia de cinco escritoras que fueron perseguidas y defendieron con valentía su obra literaria y su independencia por encima de todo. Las "Antígonas" de la obra de Prado son Anna Ajmátova, Marina Tsvietáieva, Carson McCullers, María Teresa León, e Isak Dinesen.

Benjamín Prado aseguró en rueda de prensa que el interés por desenterrar la obra literaria de estas mujeres fue el motivo que le llevó a escribir el libro. “Lo que quiero es que después de leer mi libro, el público lea la obra de Ajmátova o de María Teresa León, y que se reediten sus cuentos y sus poemas, que son espléndidos”, señaló.

El autor afirmó que estas cinco mujeres tienen características comunes, ya que además de ser contemporáneas, todas tuvieron una calidad literaria extraordinaria, sus vidas fueron tan novelescas que parecen escritas por Alejandro Dumas, y todas sufrieron persecución por sus ideas y fueron muy valientes, como la Antígona de la mitología clásica.

RESUMEN DE UN SIGLO

Por otra parte, Prado destacó que las vidas de estas cinco excepcionales escritoras son sin duda un resumen de lo que ha sido el siglo XX, con las dos Guerras Mundiales, el nazismo, la Guerra Civil Española y el exilio en América. Además, el autor afirmó que las cinco fueron al final "grandes ganadoras" y que mereció la pena el esfuerzo que hicieron por seguir creando a pesar de las dificultades. “Ajmátova ganó a Stalin y María Teresa León ganó a Franco. Su fe en la literatura, incluso arriesgando su vida mereció la pena, ya que sus torturadores desaparecieron y ellas perviven con su obra”, argumentó.

LA MUJER DE ALBERTI

Benjamín Prado ha dedicado la parte más extensa del libro a María Teresa de León, la que fuera compañera sentimental de Rafael Alberti durante cuarenta años, por ser española y por la estrecha relación que él mismo mantuvo con la familia Alberti. En este sentido, afirmó que Teresa fue una novelista aceptable y una cuentista admirable, además de escribir biografías, hacer guiones de cine y programas de radio para mantener a la familia. “Luego aceptó estar en un segundo plano tras la figura de Rafael el resto de su vida, lo que perjudicó la difusión de su obra”, concluyó.

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