Toledo | Europa Press 02/05/2010
La exposición ‘El Territorio de la Vega Baja’, que ya ha recibido más de 40.000 visitantes, prorrogará su estancia en el Museo de Santa Cruz hasta el 30 de mayo, un mes más de la fecha prevista inicialmente por Gobierno de Castilla-La Mancha y la empresa pública Toletum Visigodo, organizadores de la muestra.
Desde que el pasado 11 de marzo, ‘El territorio de la Vega Baja’ se ha convertido en uno de los principales reclamos culturales y turísticos de la ciudad de Toledo, como ponen de manifiesto las más de 40.000 visitas que ya registra, según destacó la Junta en nota de prensa.
En las salas de exposiciones temporales del claustro del Museo de Santa Cruz se pueden ver más de 200 objetos arqueológicos y museológicos hallados a lo largo del último siglo en el área de la Vega Baja, especialmente aquellos que forman parte del citado Museo. Las piezas se presentan al visitante de manera cronológica, mostrando las diferentes fases y formas de ocupación humana del yacimiento.
El montaje no sólo incluye restos arqueológicos sino que se complementa con otros materiales reproducidos procedentes del Archivo Histórico Provincial de Toledo y de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, ofreciendo al visitante una visión más plural y completa del tema.
El recorrido a esta muestra comienza con la presentación del espacio físico de la Vega Baja, a través de diferentes gráficos, paneles y grabados desde el Renacimiento hasta imágenes aéreas obtenidas por satélites espaciales.
Esa primera sala también incluye un espacio dedicado al periodo romano, donde además de una recreación del circo romano de Toledo, se exhiben dos mosaicos de tema marino y fluvial hallados en la Fábrica de Armas, procedentes de una villa urbana o semiurbana. Estos mosaicos son prácticamente desconocidos para el público, puesto que uno de ellos permanecía en los almacenes del museo y el otro ha estado oculto tras un muro durante más de dos décadas.
La segunda sala de la exposición alude a los mitos visigodos sobre la ciudad de Toledo, que se han transmitido a través de la literatura desde la Edad Media hasta el presente. Una sala de transición hace alusión a la mitología legendaria de la ciudad visigoda de Toledo, donde el visitante va a poder contemplar una reproducción de la portada ‘Crónica del Rey Don Rodrigo’, las coronas votivas del tesoro de Guarrazar y monedas áureas visigodas.
En la tercera sala se alude al urbanismo de la Vega Baja en el periodo visigótico, y se explica el cómo y por qué del establecimiento de un complejo palatino y residencial en este periodo, que se integró en la anterior trama urbana romana. En esta sala se exhiben numerosas piezas arqueológicas, fragmentos decorativos y arquitectónicos hallados en la Vega Baja, que demuestran la existencia de unas estructuras arquitectónicas de carácter palaciego y de representación. Columnas, capiteles, fragmentos escultóricos, impostas, bajorrelieves y pequeños objetos de delicada factura como una arqueta cilíndrica de hueso tallada con una escena religiosa revelan la riqueza de un yacimiento único.
El periodo medieval en la Vega Baja se aborda en la cuarta sala, donde se explica cómo tras una primera ocupación, debido a la inestabilidad de los tiempos, la población musulmana se encierra tras los muros de Toledo y transforma la Vega Baja en un espacio de uso agrícola, ganadero e incluso de enterramiento. Aquí se muestra una colección de cipos y lápidas funerarias del siglo XI, que incluyen grabados con las complejas y bellas caligrafías árabes. Junto a éstas, el visitante también puede contemplar pequeños objetos hallados en los ajuares funerarios, amuletos, abalorios y monedas de metales no preciosos.
En la quinta y última sala, se explica la transformación de la Vega Baja en un espacio industrial con la instalación de la Fábrica de Armas de Toledo. Finalmente, tras la clausura de la fábrica, se presenta la acción que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha llevado a cabo para modificar este entorno degradado en un foco académico y cultural, con el valor añadido que proporciona el respeto al patrimonio paisajístico y arqueológico de la ciudad de Toledo.