Manuel de la Fuente | Oviedo | EFE www.abc.es 24/10/2012

La pensadora norteamericana ha obtenido el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.

Los norteamericanos son un pueblo joven, nacido al cobijo de la bandera de la democracia. Un pueblo que nació en el mismísimo futuro. Quizá por eso, cuando echan la vista atrás lo hacen con entusiasmo y apasionamiento juvenil, con las ganas de sabiduría que a veces parece que vayan desapareciendo de este viejo, y muy cansado, continente llamado Europa. Sus intelectuales, sus pensadores, ponen mucha carne sobre el asador. Suelen hablar claro, guste o o no guste. Como Martha C. Nussbaum, a la que por Chicago donde vive y enseña la deben considerar casi a la izquierda de Obama, al que votar, según ella, «aunque tenga defectos, es la mejor opción posible».

Neoyorquina, vestida con discretísima elegancia en tonos negros, bien parece una de esas americanas progresistas, con tanto estilo como talento que salen en los bistrós de lujo de las pelis de Woody Allen, quien por aquí sigue por cierto en su restaurada estatua en la calle de las Milicias Nacionales en pleno centro de Oviedo. Pero del sucedáneo cultural de Allen a la señora Nussbam hay un largo trecho, como sentenció el jurado del Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales tras premiarla: «Profunda concedora del pensamiento griego, por su contribución a las humanidades, la filosofía del derecho y de la política, y por su concepción ética del desarrollo económico».

Mujer de gestos estimulantes, expresiva y sutil humor, que sí, reconoce, que lo de la democracia griega estaba bien, «pero solo participaba el diez por ciento de la población, no como en nuestras sociedades». Mujer de armas tomar culturales, pone cara de sorpresa (más bien de estupor) cuando escucha que en España el latín es una especie en vías de extinción, y que se pone marimorena con gestos de gran ironía cuando se refiere a Angela Merkel.

-¿Se imagina un mundo sin enseñanzas humanísticas ni clásicas?

-Sería una amenaza muy grande para la democracia. Si la gente no aprende a pensar de forma riguosa y analítica, si no sabe construir argumentos filosoficos, serán como los esclavos de los tiempos de Sócrates. Son necesarias enseñanzas como los Diálogos de Platón, porque es necesaria la imaginación y la curiosidad para que las personas amplíen su mente y piensen en algo más que su familia y su círculo. Votarán sin la menor preparación, no entenderán a la gente de otras razas, religiones y clases sociales. Pero no hablo solo del latín, del griego, de la cultura clásica, es necesaria toda la literatura, el arte, la filosofía, la pintura.

-Una experta en Ética de la Economía cree que el Producto Interior Bruto es la manera más exacta de medir la riqueza de un país?

-No, no basta solo con eso. El progreso afecta a otras muchas cosas que debemos cotejar. Para empezar, hay que pensar en la facilidad que tengan las personas de poseer una capacidad para elegir una vida en condiciones. Tenemos que hablar de sensibilidad, de libertad, de las artes, de la cultura, de la familia. Y no podemos olvidar cuál es la relación de esa sociedad con otras especies, si vive en un medio ambiente sano y cuidado, si todas las personas participan del ocio y el tiempo libre, si las mujeres no están obligadas a trabajar en casa y también fuera… Para saber si una sociedad es rica y avanzada hay que fijarse en todo esto y que lo practique con éxito, y para todos, no solo para los poderosos.

-¿La crisis y la pobreza pueden llevarse por delante muchas de nuestras libertades?

-Sí, seguro, la crisis trae consigo una pérdida de la libertad, porque la gente que no tiene capacidad de poder educarse para saber elegir no es libre. No vale de nada hablar de libertad de expresión, de libertad de reunión, de libertad religiosa y de tantas otras cuando el sistema educativo público se ve recortado y la gente tiene un acceso a la cultura que depende de su poder económico. La pobreza, los recortes, disminuyen el poder de decisión de las personas. Si el acceso a la cultura no es igual para todos, estamos perdiendo buena parte de nuestra libertad.

-Hay quien cree que la crisis es un nuevo totalitarismo como los del siglo XX, aunque en clave económica.

-La actual estuctura económica europea es una amenaza para la democracia. Angela Merkel no ha sido elegida por los electores griegos o españoles, pero la que tiene el poder de decisión es ella, y eso es peligroso. La unidad europea debería tener un componente político tan fuerte como lo es el económico que empieza ser demasiado fuerte.

FUENTE: http://www.abc.es/20121024/cultura/abci-martha-nussbaum-falta-ensenanzas-201210241811.html