Antonio Madridejos | Barcelona www.elperiodico.com 09/09/2010

Unos investigadores atribuyen al fenómeno astronómico un gran resplandor documentado en el siglo V antes de Cristo.

Un fenómeno luminoso observado por los antiguos griegos en el siglo V antes de Cristo, citado entre otros por Aristóteles y Anaxágoras, podría ser el testimonio más antiguo del cometa Halley. Eso es al menos lo que sostiene un estudio realizado por el filósofo Daniel Graham y el astrónomo Eric Hintz, de la Brigham Young University, en Provo (Utah, EEUU), que se ha publicado en la revista Journal of Cosmology. El fenómeno, que fue observable durante más de dos meses, estuvo acompañado de estrellas fugaces.

Graham y Brigham partieron del análisis de un gran meteorito que se estrelló en el norte de Grecia entre los años 466 y 468 antes de Cristo y que se convirtió en una auténtica atracción turística, según varios relatos conservados.

Las fechas y la trayectoria coinciden
Los investigadores lo han atribuido al paso del Halley debido a las fechas, a la trayectoria descrita, a la magnitud y al tiempo en que fue visible, unos 72 días, aunque asumen que es difícil demostrarlo. Eso sí, dicen que los avistamientos de cometas grandes son raros, por lo que el Halley es un «candidato firme». Las fechas son muy discutidas porque las diversas ciudades-estado usaban su propio calendario.

Los tránsitos de 1682 y 1758
En 1705, el astrónomo británico Edmund Halley determinó por primera vez que un gran resplandor avistado en 1682 era en realidad un cometa periódico y calculó que regresaría en 1757. El acierto fue espectacular, pues solo falló de un año, pero el reconocimiento solo pudo ser póstumo porque el científico falleció antes del paso de su cometa.

Una vez determinada la órbita, que tiene un periodo de retorno de entre 74 y 79 años, pudo asegurarse que otros fenómenos similares avistados en 1697 y 1531 fueron en realidad el mismo Halley.

Hasta la fecha, la observación documentada más antigua correspondía a un paso del Halley en el año 240 antes de Cristo que, según parece, fue observado por astrónomos chinos. Si Graham y Hintz están en lo cierto, los antiguos griegos vieron el Halley en un antepenúltimo paso.