Roma | EFE www.eluniversal.com.mx 07/12/2012

Estaba sepultado por los aluviones en la desembocudara del río Tiber, este puerto abastecía a Roma de trigo y fue fundamental para la conquista del Mediterráneo.

Investigadores franceses e italianos han descubierto la localización exacta del antiguo puerto de Roma, que data del siglo IV a.C, que abastecía a la ciudad de trigo y resultó sepultado por los aluviones en la desembocadura del Tíber, al noroeste de la cercada ciudad de Ostia.

Según informó hoy el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS), ese puerto perdido se encontraba en la margen izquierda de la desembocadura del Tíber y tenía 6 metros de profundidad, como correspondía a un gran puerto de la época.

El estudio sobre las extracciones sedimentarias de la zona ha logrado, según los autores del CNRS, la Universidad de Lyon, la Escuela Francesa de Roma y la italiana Superintendencia Especial para el Bien Arqueológico de Roma, fijar el punto exacto en el que se encontraba el embarcadero.

Si bien los grandes edificios y las principales vías de la antigua Ostia, a unos 25 kilómetros de Roma, han sido objeto de estudio arqueológico desde hace siglos, el emplazamiento preciso del puerto fluvial continuaba siendo una incógnita.

Desde el Renacimiento se han emprendido numerosas e infructuosas tentativas de localización, hasta que en los siglos XIX y XX, arqueólogos italianos definieron un sector al norte de Ostia como su ubicación probable.

A principios del siglo XXI, otro estudio en el que se utilizaron instrumentos electromagnéticos ratificó la localización de la antigua dársena portuaria. Pero no siempre hubo consenso y el desacuerdo ha seguido vivo hasta el actual hallazgo, con el que los autores del estudio pretenden cerrar el debate.

Las nuevas extracciones sedimentarias han permitido una estratigrafía completa de la zona hasta una profundidad de 12 metros, frente a las anteriores perforaciones de 2 metros, limitadas técnicamente.

El nuevo estudio revela que el puerto contaba con 200 hectáreas, convirtiéndose así en el «más grande jamás construido por los romanos en el Mediterráneo», agregó el CNRS.

Los textos antiguos atribuyen la fundación de Ostia al cuarto rey de Roma, Ancus Marcius, y señalan que el embarcadero cumplía un triple objetivo: dar a la capital una salida al mar, asegurar el aprovisionamiento de trigo y sal e impedir que las flotas enemigas pudieran remontar el Tíber y llegar a Roma, recordó el CNRS.

Finalmente, el enclave se convirtió en un punto estratégico en la conquista romana del Mediterráneo.

Gracias a esta nueva investigación se podrán comprender mejor los vínculos entre el primer puerto de Ostia y Portus, su sucesor en la margen derecha del Tíber, terminado por el emperador Nerón en el año 64 d.C.

Los expertos creen que entre el abandono del primer puerto y la construcción del segundo transcurrieron 25 años en los que no se sabe cómo Roma, primera ciudad del mundo en alcanzar el millón de habitantes, proporcionaba trigo a sus ciudadanos.

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