Un estudio describe el hallazgo de estas instalaciones militares donde se formaban los futuros legionarios y constata que siete de ellas se mantienen completas
Vicente G. Olaya www.elpais.com 07/12/2021
Primero llegaban los metatores, que eran los encargados de elegir el lugar idóneo. Luego, los mensores, que realizaban las mediciones exactas. Finalmente, los centuriones, que supervisaban que soldados y reclutas supieran trasladar las medidas al terreno. Así se montaban las tiendas y poco a poco se levantaban las defensas del campamento. Allí los legionarios de Roma aprenderían a atrincherarse, a excavar fosos, a elevar terraplenes, empalizadas, trazar esquinas de ángulos redondeados y accesos. Todo formaba parte de su formación y disciplina castrense. El estudio El conjunto de campamentos romanos para prácticas de Trobajo del Camino (San Andrés de Rabanedo) y Oteruelo de la Valdoncina (León), de los arqueólogos Ángel Morillo, Brais X. Currás, Almudena Orejas y Agostino Nobilini, da cuenta de la detección de 18 de estos campos de entrenamiento próximos a la actual ciudad de León, población que surgió precisamente de uno estable, de la Legio VI Victrix, poco antes de que acabase el siglo I a. C.
Los tratados antiguos dejan constancia, afirman los autores, que han publicado el informe en la revista Gladius, no solo de la importancia estratégica o para la seguridad de la construcción de los campamentos, sino también de su alto valor simbólico como demostración del poder imperial, del orden y de la disciplina. “Este tipo de instalaciones exigía un trabajo colectivo y coordinado, y se relacionaba con el mantenimiento de la moral y de la identidad, con el orden y la jerarquía”, recuerda Ángel Morillo, catedrático de Arqueología en la Universidad Complutense de Madrid. “En Alemania o Gran Bretaña son ya muy conocidas, pero es el primer conjunto de este tipo que se investiga en detalle en nuestro país”.
Tanto el ejército en campamentos estables como el que se encontraba de maniobras (ambulatio) tenían entre sus obligaciones efectuar prácticas de castrametación. Los textos antiguos indican que resultaba importante la capacidad de adaptar las proporciones de los campamentos al tamaño de las unidades militares, y la orientación a las diferentes situaciones (campamentos de marcha o campaña, de vigilancia, fijos o estables…).
En todo caso, los trabajos para levantar un campamento se llevaban a cabo siempre, con independencia de su función, dividiendo las centurias (unidades de 80 hombres) en grupos de ocho legionarios (contubernium), a quienes se les asignaba un determinado sector de las defensas. Las labores de construcción las coordinaba el llamado praefectus castrorum, mientras los campi doctores enseñaban a los soldados a orientar correctamente los recintos que iban levantando, siempre “desde una profunda racionalización del trabajo y un acusado pragmatismo”, inciden los autores del trabajo.
Hace una década, durante las labores de recopilación de información de municipios cercanos a la capital leonesa, se descubrió un posible recinto militar en Trobajo del Camino, en el término municipal de San Andrés de Rabanedo. La localización del mismo llevó al equipo de Morillo y Orejas a ampliar la búsqueda en el entorno, en Oteruelo de la Valdoncina, a tres kilómetros de Trobajo y en el término municipal de León.
Así, con técnicas de teledetección y comparativa de fotos aéreas, se han localizado los 18 posibles recintos castrenses. Se encuentran a cuatro kilómetros en línea recta del lugar donde se asentaron la Legio VI Victrix y, más tarde, la Legio VII Gemina, en lo que es ahora el casco urbano de León. La investigación de este año ha contado con el apoyo de la Junta de Castilla y León y se han empleado técnicas como la tomografía o el georradar 3D. Los equipos de investigación estaban formados por miembros de las universidades Complutense de Madrid (CAI de Arqueología), Murcia y León. Los vuelos con dron fueron responsabilidad del Grupo de Obtención por Sistemas Aéreos (GROSA IV/1), perteneciente al Regimiento de Inteligencia número 1 del Ejército de Tierra, con base en la Virgen del Camino (León).
Casi todos los recintos campamentales muestran en las pantallas de los ordenadores plantas cuadrangulares con las esquinas redondeadas. Fueron erigidos sobre una plataforma, en la terraza de origen cuaternario en la margen derecha del río Bernesga.
El tamaño de los campamentos detectados es muy variable y oscila entre las tres y la media hectárea. Sus proporciones son muy estables: 3:2 y 4:3, y tan solo uno es cuadrado. Sus superficies se muestran perfectamente niveladas, con pendientes entre el 1% y el 3%.
De los 18 recintos identificados, siete aparecen completos, en tres casos se puede restituir toda su extensión a partir de los segmentos detectados y en ocho sus trazados son parciales. “El carácter incompleto de varios de ellos podría deberse al posterior uso agrícola de la tierra, o que se trate de recintos inconclusos que respondan solo a la realización de prácticas centradas en la orientación y edificación solo de partes de los perímetros”, concluye el estudio. O los dejaron inconclusos porque tuvieron que ir a luchar.
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