Arístides Mínguez Baños www.papeldeperiodico.com 20/07/2013

Grecia, madre amantísima, nos dio el estudio de la Historia tal y como hoy la conocemos, pues de ella mamaron Heródoto y Tucídides, padres de la historiografía. En Atenas, una simple capital de una insignificante península, la del Ática, se alumbró, como homenaje sagrado al dios Dioniso, el teatro. ¡El teatro! ¡Lo que se mira! Ni más ni menos: sin él, sin el teatro no existirían ni el cine, ni la televisión.

Aún hoy gente de la más diversa condición, pero con alma en las venas, se emociona con las historias pergeñadas por Esquilo, Sófocles y Eurípides y se parte de risa con los disparates escritos por Aristófanes ¡2500 años atrás! Esperad a que vuestra alma esté en sazón, a que vuestras emociones se hallen maduras y leed “Edipo Rey”, “Antígona”, “Medea”, “Lisístrata”… Entonces comprenderéis por qué ellos son / somos Grecia.

Grecia nos enseñó a cuestionarnos el porqué de las cosas, a preguntarnos por nosotros y por las cosas que nos rodean, dando a luz a la Filosofía. La Filosofía, otra disciplina que per se ”no vale” para nada, que “no sirve” para cosa alguna, pues con ella ni vais a ganar dinero ni os van a llamar de “La Noria” ni del “Sálvame de luxe”… Afortunados vosotros, los que pensáis, los que tenéis neuronas útiles, hijos, pues nunca seréis carroña televisiva. Sí, niños, fueron los helenos, sobre todo los de Atenas, quienes nos enseñaron a pensar, a amar la Sabiduría por encima de todo. Y ahí tenéis, si no, a Platón, a Aristóteles, a Sócrates, a Pitágoras, a Heráclito, etc.

Os recomiendo una cosa: id, si los dioses así os lo conceden, a Roma, visitad las Estancias de los Papas en los Palacios Vaticanos, buscad las que pintara el inmortal Rafael, otro greco-romano que vivió en el Renacimiento Italiano, encontrad el fresco llamado “La Escuela de Atenas” y localizad en él a los filósofos más famosos de la Grecia Antigua, intentando poner cara a cada uno de los que allí se representan y disfrutando al reconocerlos y saber qué nos están indicando.

‘La escuela de Atenas’, Rafael, Estancias Papales, Palacios Vaticanos
Cuando aquellos que se declaran científicos, furibundos talibanes de los números y de las fórmulas matemático-físicas, despotrican de nuestras materias y de las Humanidades en general, me dan pena. Son, aparte de mentecatos e ignorantes, unos desagradecidos: olvidan que Euclides, matemático y geómetra que vivió en Alejandría entre los siglos IV y III a. C., es el padre de la Geometría moderna y que en griego escribió sus axiomas.

La geometría de Euclides, además de ser un poderoso instrumento de razonamiento deductivo, ha sido extremadamente útil en muchos campos del conocimiento; por ejemplo, en la física, la astronomía, la química y diversas ingenierías. Desde luego, es muy útil en las matemáticas. Inspirados por la armonía de la presentación de Euclides, en el siglo II se formuló la teoría ptolemaica del Universo, según la cual la Tierra es el centro del Universo, y los planetas, la Luna y el Sol dan vueltas a su alrededor en líneas perfectas, o sea circunferencias y combinaciones de circunferencias.

Estos palurdos “de ciencias” que reniegan de la Herencia Clásica olvidan, o lo que es peor: ignoran, el débito que tienen sus disciplinas con Pitágoras (y sus catetos e hipotenusa), con Tales de Mileto, con Arquímedes… Pues sólo así se explica su osadía al despotricar contra sus padres.

¿Y de la medicina qué os puedo decir? A poco que os fijéis descubriréis una pervivencia latente del léxico griego, en primer lugar, en las disciplinas sanitarias. Así, sólo con saber que “-itis” en la lengua de Homero significa “inflamación o infección”, podréis descubrir, usando de nuevo nuestra lengua, lo que significa Otitis, Laringitis, sinusitis… Mirad, si no existiera nuestra lengua madre, yo, que cojeo un poco del lado izquierdo, no padecería una “Aquileitis”, sino un hinchazón en el zancarrón. Átate los machos: suena mucho más fino lo de Aquileitis, ¿no? Por cierto, a ver si descubrís por qué se llama así esta dolencia, consistente en la inflamación del tendón de… ¿quién?

Y todo porque Hipócrates, otro clásico, sentó en griego los cimientos de la medicina moderna.

hipocratesAntes os dije que durante los siglos oscuros, en pleno corazón de la Edad Media, el griego, fundamentalmente, pero también el latín se habían olvidado, menoscabado hasta que un grupo de artistas e intelectuales, en la floreciente Italia del siglo XV, volvió a redescubrir el mundo clásico, produciéndose así el bienhadado Renacimiento, que no era ni más ni menos que la vuelta a la luz de todo lo que Grecia y Roma aportaron al ser humano. Así, sin Apolodoro de Damasco, quien a instancias del emperador Adriano reconstruyó el Panteón de Agripa, Brunelleschi no hubiera podido rematar la cúpula de Santa María del Fiore, en Florencia, y sin ellos, el inmortal Miguel Ángel no hubiera podido cerrar la inmensa cúpula sobre el altar mayor de San Pedro en el Vaticano.

El panteón, “diseño angélico y no humano”, según Miguel Ángel. ”El más bello recuerdo de la antigüedad romana es sin lugar a dudas el Panteón. Este templo ha sufrido tan poco, que aparenta estar igual que en la época de los romanos.” en palabras de Stendhal.

Y por ir rematando, ¿no deberíamos estar eternamente agradecidos a los hijos del Egeo por habernos regalado sus historias, sus mitos? ¿Hay algún jardín más frondoso, más tupido, más aromático que el sembrado por los mitos clásicos? ¿Qué sería de nuestras vidas sin los dioses del Olimpo, sin sus héroes y heroínas? Los dos conocéis a Irene, que te subyuga con su mirada bicolor, y sabéis que noche tras noche le reclama desde chiquitina a su madre que le cuente un mito: no imagino nana más dulce que dormirse arrullado por la voz de Charo, mientras de su boca toman vida Orfeos y Eurídices.

En efecto, gracias, Grecia, por regalarnos la Filosofía, el Teatro, la Historiografía, los fundamentos de la Medicina, tu Arte,… tus Mitos.

FUENTE: http://papeldeperiodico.com/2013/07/20/lo-que-le-debemos-a-grecia/

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