León | EFE 24/01/2009

Las murallas de León se han revelado como un yacimiento arqueológico de extraordinario valor, realzado por el descubrimiento, en estos días, de más de una veintena de lápidas y aras, en la intersección de una de «cortinas» del muro con el cubo 2 del Lienzo Este del monumento romano.

Luis Grau, director arqueólogo y director del Museo de León, ha declarado a Efe que es absolutamente extraordinario encontrar un yacimiento así: «Era algo posible en el siglo XIX, cuando no se conocían los monumentos como ahora, pero en la actualidad hallar un grupo de más de 15 lápidas romanas es absolutamente inusual».

La muralla es de finales del siglo III o comienzos del IV y se levantó con piedras de diversa procedencia, granitos, cuarcita y «opus cementicium»; tiene un grosor de 5 metros y diez de altura y conserva 36 cubos, prácticamente la mitad de los que tuvo originalmente, a lo largo de un perímetro cercano a los 2.000 metros.

La obra, Monumento Histórico Artístico, está en casi su totalidad visible, salvo el Lienzo Sur, que se halla en medio de las propias manzanas de casas, aunque en las fotografías aéreas de la ciudad se puede ver su traza, especialmente las siluetas redondeadas de sus torres, que contrastan con los tejados rectangulares.

Las lápidas funerarias han sido encontradas en el denominado cubo número dos, en la zona de Las Clarisas, donde desde el pasado 17 de noviembre se están realizando labores de restauración de dos cubos y las correspondientes cortinas de la muralla.

Hasta ahora, prácticamente las piezas no están siendo extraídas, en espera de que la Comisión Territorial de Patrimonio de León -que se reúne el martes que viene- dé las indicaciones sobre el futuro de los hallazgos, tras conocer el informe previo de los expertos que ha sido entregado esta semana.

No obstante, en medios vinculados con la arqueología hay esperanza de que las lápidas proporcionen nuevos elementos para conocer mejor la urbe de la Legio VII.