Luis Cadenas | León www.tribuna.net 11/12/2008

Las rojas entrañas de la tierra leonesa.

No importa que sea una de las zonas más pateadas y recorridas por los excursionistas, que más de uno y más de dos (por experiencia propia y ajena, por cierto) se hayan equivocado de galería y terminado en un callejón sin salida. Y tampoco que los juegos de ecos y sonidos que las entrañas destripadas de la tierra roja leonesa que conforman Las Médulas sean un tesoro de la Humanidad. Simplemente son un accidente de la historia, el legado que la codicia y avaricia de los romanos en su paso por Hispania nos legaron.

Un lugar de horror y castigo, donde la mezcla de ingeniería y trabajo físico de los esclavos dieron a Roma ríos de oro extirpados de la antigua provincia de Tarraconense al principio de la conquista y colonización.

Las Médulas, paraje situado en las inmediaciones del pueblo homónimo, en la comarca de El Bierzo, (provincia de León), es un entorno paisajístico formado por los restos de una antigua explotación minera de oro de la época romana. El enorme trabajo continuado durante años dio como resultado la destrucción paulatina del medio ambiente, de la propia orografía, triturándola con la fuerza del agua por el mero precio de varias miles de vidas humanas a cambio de otros tantos kilos de oro. Hay que recurrir a Plinio el Viejo para saber cuál fue el origen de este paraje de pesadilla y poder apreciarlo más: en su juventud fue administrador de las minas y relató que se extraían al año 20.000 libras de oro, lo que, teniendo en cuenta los 250 años de explotación, daría 5 millones de libras de oro, es decir, 1,6 millones de kilogramos.

En cuanto al número de trabajadores, Plinio habla de 60.000 obreros manumitidos. Estudios modernos, basados en la tierra removida, hablan de 10.000 ó 20.000 hombres, contando con suministradores y guardianes. Plinio comenta en sus escritos la dureza del trabajo: «Es menos temerario buscar perlas y púrpura en el fondo del mar que sacar oro de estas tierras».

De aquel mal deliberado surgió una belleza paisajística que la naturaleza reconquistó y perfiló de nuevo, montes desgajados de arenas rojizas, perfectamente integradas y colonizadas por la vegetación (castaños y robles) que en 1997 recibieron el calificativo de Patrimonio de la Humanidad.

Ponferrada es el centro neurálgico desde donde salir hacia allí. Basta trazar la antigua carretera de Vigo-Orense. Pasado Santalla, en el alto de Rioferreiros se puede tomar a la izquierda, la carretera de acceso a Villavieja, que lleva hasta lo alto del Castillo de Cornatel (se ve desde la carretera).

Para continuar hacia Las Médulas debemos volver al desvío y continuar por la antigua carretera de Orense hasta Carucedo, allí, a mano izquierda, está señalizado el desvío hacia Las Médulas. Si continuamos por la carretera por la que hemos venido, poco más adelante, a mano derecha, accederemos al Lago de Carucedo.

Para hacer la ruta y no perderse, algo habitual por lo intrincado de las sendas y la tentación que supone recorrer las galerías mineras de los romanos (más de uno acabará yendo a gatas por lo angosto), está el Centro de Recepción de Visitantes en la zona (619 25 83 55 / 987 42 07 08), de entrada gratuita y con horarios bien definidos: invierno (de octubre a marzo), abierta de 11.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 18.00 horas; verano (de abril a septiembre), abierta de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 horas.

Desde este centro se organizan visitas guiadas por el sendero de Las Valiñas (un recorrido de 3 km aprox., hasta La Cuevona y La Encantada). Duración: 1 hora y media / 2 horas. El precio de la visita es de 3 euros por persona. Niños: gratis. Grupos de 15 personas o más: 2 euros (en el caso de grupos conviene concertar la visita con antelación).

Recomendaciones para alojarse: Cornatelia, a 11,5 kilómetros del paraje (en Carraceledo, 636 626 165); El Tiempo Recobrado, a 13,1 kilómetros (en Villamartín, 987 562 422); El Piñeo, a 15,5 kilómetros (Villanueva de Valdueza, 987 424 064); y El Corujo, a 15,5 kilómetros de Las Médulas (también en Villanueva, 987 452 879).