Natalia Calle / Santibáñez de la Peña www.diariopalentino.es 24/09/2005
Concluida la tercera campaña, el director de los trabajos llevados a cabo por más de 20 licenciados y estudiantes, Eduardo Peralta, se muestra satisfecho por los resultados. Durante este verano han aparecido materiales en muy buen estado de conservación que pasarán a formar parte del depósito del Museo de Arqueología de la capital palentina.
Más de una veintena de licenciados y estudiantes de Arqueología, llegados desde puntos tan dispares de la geografía española como Galicia, Cuenca, Vizcaya, Guadalajara, Ávila, Cantabria o la propia Palencia, han participado durante todo el mes de agosto y hasta el día 9 del presente mes, en la tercera campaña de excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en La Loma de Santibáñez de la Peña sobre un yacimiento que fue descubierto en 2003 y que próximamente se convertirá en el protagonista de un nuevo proyecto de excavación que, de contar con el visto bueno de la Junta de Castilla y León, se desarrollaría durante los próximos cuatro años.
Así lo ha confirmado el director de los trabajos ejecutados hasta la fecha, un Eduardo Peralta Labrador que, partiendo de los magníficos resultados obtenidos, y, sobre todo, teniendo en cuenta que el de Santibáñez de la Peña es uno de los pocos castros que testimonian un episodio de las Guerras Cántabras, se muestra francamente confiado en que los trabajos en el yacimiento de La Loma puedan continuar en un futuro.
Ello dependerá, no obstante, del visto bueno de la Administración regional, institución que, debido a cambios administrativos, y según explica el propio Peralta Labrador, firmará a partir del año próximo convenios específicos para excavaciones arqueológicas con una vigencia de cuatro años.
Teniendo en cuenta esta circunstancia, y apenas concluida la topografía con la que ha finalizado esta tercera campaña en La Loma, Eduardo Peralta Labrador se ha puesto ya manos a la obra con la redacción del proyecto que presentará a la Administración autonómica para poder continuar sus investigaciones en Santibáñez de la Peña hasta 2009.
LA TERCERA CAMPAÑA
Como ya ocurriera en octubre de 2003 y durante los meses de julio y agosto de 2004, bajo la dirección de quien también preside el Instituto de Estudios Prerromanos y de la Antigüedad, y con la ayuda económica de la Junta y, a falta de aprobación, de la Diputación, un grupo de arqueólogos y futuros arqueólogos han continuado desenterrando el pasado bimilenario del término norteño santibañés, centrando, en este caso, sus picos, palas y cepillos en lo que, antes de la llegada del Imperio romano, fue un vasto asentamiento indígena del pueblo cántabro.
Al igual que entonces, los trabajos han resultado bastante satisfactorios para Peralta Labrador, fundamentalmente porque han seguido apareciendo en La Loma materiales muy bien conservados y que, en una u otra línea, continúan aportando datos que refuerzan la cronología del asedio romano al castro cántabro entre los años 27 y 16 a. de C., siendo Augusto emperador de Roma.
TRES PUNTOS
En lo que a los resultados propiamente se refiere, los arqueólogos han centralizado su trabajo en tres puntos del castro: en el foso de la muralla principal, en una vivienda constatada junto a la cara interna de esa muralla y en el bautizado como basurero.
Además de obtener un buen número de tachuelas, varias fíbulas romanas del tipo Alexia y otra más de carácter anular hispánico, puntas de flecha, -algunas de ellas, con su palo de madera aún conservado-, huesos pertenecientes a fauna salvaje y doméstica, pendientes e incluso restos de cerámica celtibérica, los arqueólogos han podido en esta campaña precisar las dimensiones del foso que antecede a la muralla del castro, de una imponente zanja defensiva que tiene forma de V, que cuenta con algo más de cuatro metros de profundidad y con otros cuatro de anchura en su boca y que quedó taponada por el derrumbe de la propia muralla.
Gratamente sorprendidos se vieron además los trabajadores en los últimos días por la aparición, junto a la cara interna de la muralla, del zócalo de piedra de una vivienda indígena y del enlucido de arcilla apisonada que formaba su suelo, conformándose ésta como la primera vivienda que se excava en el yacimiento.
Por lo que al material obtenido respecta, el propio Eduardo Peralta Labrador se ha encargado de su trasladado al Museo Marítimo de Cantabria para su procesamiento, limpieza y catalogación antes de que sea devuelto definitivamente al Museo de Arqueología de Palencia, en el que se conservan las piezas desenterradas en La Loma en las dos campañas anteriores.
Cabe mencionar, que no todas, ya que algunas han sido cedidas, de forma provisional y con el pertinente permiso de la Junta de Castilla y León, a la exposición «Santander, 250 años de historia», conformada este año para celebrar el aniversario de la capital cántabra.