Hortensia García | Valencia www.levante-emv.com 05/07/2009
Un repunte de la arqueología urbana motivado por el elevado número de obras en marcha saca a la luz un cementerio del cólera, las ruinas del Palacio del Real y los restos de la Vía Augusta. Recuperan un enterramiento infantil en una ánfora junto a las Corts.
Los tres frentes arqueológicos que tiene abiertos en estos momentos la ciudad, dos de ellos vinculados al PlanE, empiezan a dar frutos. En los jardines de Viveros, donde se va a recuperar la cimentación de la puerta principal del desaparecido Palacio del Real con cargo al fondo de inversión local, ya se han completado tres sondeos en el entorno de la «muntanyeta» de Elío. Son actuaciones previas a la excavación propiamente dicha, que desbrozará 600 m2 del jardín y afectará al menos a una docena de árboles que deberán trasplantarse a otro lugar.
En uno de los sondeos ha aparecido la torre de la fachada principal conocida como de la Reina, construida en el siglo XIV y por tanto perteneciente a una de las fases más antiguas del edificio. Se construyó con grandes muros de tapial de hormigón, alternando en algunos puntos con sillares de buena factura algunos de los cuales conservan marcas de los «picapedrers».
En el sondeo central se han descubierto los cimientos de dos de los pilares del porticado construidos en el siglo XVII para dar unidad a toda la fachada. En la zona oriental -la más próxima a General Elío y a la verja del jardín- los arqueólogos han dado con la primera crujía de la entrada principal del edificio, con un gran vano de más de 5 metros de luz, enmarcado por dos jambas, y un pavimento de mortero con gravas que conservan las huellas de las ruedas de los carruajes.
Hasta el momento se han recuperado materiales constructivos como un columna de mármol blanco islámica con decoración vegetal de palmetas, fechada en el siglo X. La pieza se fabricó en los talleres palatinos de Madinat al-Zhara en Córdoba y debió formar parte de algún edificio islámico de Valencia reutilizado en el Real tras conquista cristiana. También se ha recuperado un fragmento de capitel gótico, con columnillas decoradas, perteneciente a una ventana y abundante cerámica del siglo XIV al XIX.
Vivir encima de un camposanto
De la excavación de Viveros es de la que menos sorpresas se esperan dado que el Palacio del Real fue asolado hasta los cimientos en 1810. Sí ha sido inesperada la aparición durante las obras de canalización y renovación de alcantarillas del popular barrio de la Fuensanta de una serie de enterramientos vinculados a un cementerio de finales del siglo XVIII principios del XIX, posiblemente, relacionado con una de las epidemias de cólera sufridas por la ciudad.
Los arqueólogos han recuperado ya cuatro esqueletos -que ahora serán analizados para ver edades, sexo y causa de la muerte-, restos de madera de una caja mortuoria y cuentas de azabache de lo que podría ser un rosario. Las viviendas sociales de la Fuensanta se construyeron tras la Riada de 1957. El cementerio no se trasladó porque ni estaba documentada su existencia ni los cimientos de las casas bajaron a suficiente profundidad como para dar con las tumbas, que han aparecido a partid de dos metros. La concejal del Ciclo del Agua, Mª Angels Ramón-Llin, que está renovando el alcantarillado en cinco barrios, no descarta otros hallazgos arqueológicos. En todo caso y salvo que los informes arqueológicos recomienden otra cosa sólo se investigará la parte del cementerio que coincida con las zanjas de las nuevas canalizaciones de agua.
Quizás el descubrimiento más impactante ha sido el de las excavaciones previas a las obras de ampliación de la sede de las Corts Valencianas, en la calle Libertad. El proyecto del nuevo edificio de los grupos parlamentarios, impulsado por las Corts, se reactivó este año tras varios años en los despachos.
Veinte metros de calzada
Los arqueólogos han sacado allí un tramo de unos 20 metros la Vía Augusta, la calzada romana más larga de toda la Península Ibérica y restos de viviendas romanas y sistemas de alcantarillado. En la intervención se ha recuperado piezas de ajuar femeninas, vasijas y útiles de cocina de cerámica, un pequeño pie de mármol (parte de una escultura), lámparas de aceite y un sorprendente enterramiento infantil en un ánfora.
Los expertos han comprobado que el trazado de la Via Augusta no coincide con el último tramo de la calle Salvador, como se creía hasta ahora, sino que es una prolongación en línea recta del tramo hallado en l’Almoina. La presidenta de las Corts, Milagrosa Martínez, anunció que la solución que se baraja para que los restos sean visitables es un pavimento acristalado, en línea con la plaza arqueológica de la Almoina donde están las ruinas del foro romano.