C.T.I. | Ávila www.aviladigital.com 23/09/2008
Las excavaciones de los mosaicos que ha venido sufragando en los tres últimos años la Diputación de Ávila en la villa romana de San Pedro del Arroyo han dejado al descubierto la que, posiblemente, sea «una de las villas romanas de mayor tamaño y con una historia muy compleja, pero que la hace sumamente atractiva».
Así lo afirma el catedrático de Arqueología de la Universidad de Valladolid y director de las excavaciones de la Villa Romana de La Olmeda (Palencia), José Antonio Abasolo, quien señala que esta villa de considerable tamaño «puede deparar aún muchas sorpresas», pues «nos hemos encontrado con mosaicos rotos por tumbas», aunque estas también forman parte de la secuencia histórica del lugar.
Se trata de «una de las más grandes», afirma, augurando un «gran futuro», pues, «a la vista de los mosaicos, de las dimensiones del patio y de los descubrimientos que se han producido en la última campaña –este verano, ya que los trabajos finalizan esta semana y se prevé retomarlos en el verano de 2009, pues los mosaicos han de quedar protegidos del frío, que los agrieta-, su importancia se incrementará».
Nuevas excavaciones
En estos tres años se ha conseguido excavar 1.000 metros cuadrados, aunque la finca adquirida por la Diputación se extiende unos 15.000 metros cuadrados. El presidente de la institución abulense, Agustín González, que visitó este martes las excavaciones, recordó que los descubrimientos realizados en todo este tiempo «nos anima a seguir con nuevas excavaciones», ya que «hemos empezado a ver unas habitaciones que podrían extenderse aún más», así como «nuevas habitaciones».
Por eso, «la previsión no puede faltar», avanzó el presidente de la Diputación, puntualizando que «esperamos tener un presupuesto anual» para las excavaciones. De momento, las dos últimas fases –durante tres meses- han supuesto una inversión de 30.000 euros cada una, por lo que Agustín González instó a la Junta de Castilla y León a otorgar una «ayuda generosa», una vez que «estamos demostrando que sí merece la pena no cerrar y dejarlo como está ahora». «Queremos dejar definida la categoría de esta villa y, después, pensar cómo la valorizamos para que se pueda visitar», además de convertirla en «un punto de referencia» en la Comunidad.
Novedades
Al respecto, Rosalía Serrano, directora de las excavaciones que ha venido realizando la empresa Foramen S.L. –integrada por ocho personas; entre ellas, un dibujante-fotógrafo y, desde el año pasado, una restauradora, que efectúa trabajos de consolidación de las zonas en peor estado de los mosaicos- detalló que las dos últimas campañas se han orientado a «intentar definir» la planta de la villa, datada en torno a los siglos III-IV d.C., que es «cuando se produce el fenómeno de monumentalización de este tipo de estructuras en el noroeste de la península».
«Teníamos vistos los límites hacia el este y este año hemos intentado buscar los límites hacia el oeste», indica, añadiendo que se han abierto dos espacios, de unos 200 metros cuadrados cada uno, que han dejado al descubierto «un muro de cierre o que segrega la zona residencial hacia el oeste», mientras que, hacia el sur, se ha encontrado un nuevo mosaico, con motivos geométricos y que «quizá sea el cierre, al oeste, de un patio central» con el que podría contar la residencia, aunque esto no se ha confirmado.
Desde el pasillo descubierto -30 metros de longitud por 3 de ancho-, también hacia el oeste, ha aparecido un mosaico nuevo que «puede indicar una habitación que hasta ahora no habíamos visto».
Así, la zona que ahora puede verse correspondería a la parte residencial de «una gran estructura de habitación» que, además de la residencia –con pavimentos más elaborados-, contaría con una parte rústica integrada por una zona de talleres, transformación de materia prima… «una gran estructura autosuficiente, con sus redes de comercio y que se autoabastecería», además de contar con un complejo termal de baños, etc. Pero esto aún está por descubrir, ya que, de momento, sólo se ha excavado –se encuentran los mosaicos a apenas 30 centímetros de profundidad- parte de la residencia.
Sociedad
Asegura, por otra parte, José Antonio Abasolo, que el descubrimiento de estos restos arqueológicos –hasta ahora, se han encontrado ocho mosaicos diferentes- permite conocer más aún sobre la cultura romana y su forma de vida, aunque «nos queda mucho por conocer».
«Empezamos a hacernos la idea ahora de cómo era esa sociedad, con unos aristócratas que, en el Bajo Imperio, aburridos o porque ya las ciudades no cumplían la función administrativa que tenían en el Alto Imperio, pasan a ejercer la misma autoridad, pero en un sitio de ocio, contemplando, por ejemplo, unos mosaicos en los que puede deleitarse» y en los que aparecen representados, como en el caso de los encontrados en San Pedro del Arroyo, escenas mitológicas –mosaico de Meleagro- o de caza.
Es, precisamente, una escena de caza una de las descubiertas esta vez, cerca del mosaico de Meleagro, que contiene una liebre y dos perdices, y de la que se aventura formarían parte varios octógonos que aparecen rotos por tumbas de época posterior –son de dos épocas: visigodas y medievales (posiblemente, alto medievales, aunque no se ha confirmado), ubicadas en lo que podría ser un cementerio junto a una ermita de la que se han hallado paredes y que pertenecería a la época tardo medieval-.