La Vila Joiosa (Alicante) www.prensaynoticias.com 21/10/2011
Las catas arqueológicas que se han llevado a cabo en la zona centro de La Vila Joiosa, previas a las obras del gran colector de aguas pluviales, han permitido descubrir una calzada de la época romana que comunicaba la actual plaza de la Generalitat (donde los arqueólogos creen que se encontraba el foro de la ciudad romana de Allon) con su puerto marítimo y sus instalaciones (almacenes portuarios y seguramente la oficina fiscal del Portorium o astilleros) que estaban en la actual plaza de San Pedro, fuera del recinto amurallado.
El concejal de Cultura y Patrimonio Histórico, Pepe Lloret, ha señalado que “estos trabajos ya descubrieron una parte importante del Convento de los Agustinos (siglo XVII) y ahora, a 1.20 metros bajo estos restos, se ha documentado el pavimento de una calle de época romana, que discurría noroeste-sureste en dirección a la actual Costera la Mar”.
La Vila Joiosa se asienta sobre un talud rocoso costero de unos 20 m de altura media, roto únicamente por los cauces del río Amadorio y de algunos barrancos. Los trabajos arqueológicos han demostrado que la bajada de la Costera de la Mar, la única cómoda y directa entre la parte alta de la ciudad y su puerto histórico, ya existía hace dos mil años.
El estudio preliminar de los materiales que se han encontrado en el sondeo de la Plaza de la Generalitat, asociados al pavimento de la vía, datan la vía en torno al siglo III d. C., como las capas superiores del Kardo Maximus.
La calzada mide 4.10 metros de anchura, dimensiones necesarias para una vía de doble dirección, ya que los carros de época romana solían tener dos metros de eje. Es una anchura similar al resto de las calzadas excavadas en La Vila, aunque algo menor a la de la calle principal del ensanche del foro romano, el Kardo Maximus, que alcanzaba los 5 m., y que se documentó junto a las termas públicas monumentales situadas en la calle Canalejas, a escasos 85 metros de la actual intervención, según el Director del Museo Municipal, Antonio Espinosa.
Estos estratos han aportado cientos de materiales cerámicos como ánforas, candiles (lucernas), cerámica fina (terra sigillata) o material de construcción como ladrillos, tejas o sillares de piedra, señal inequívoca de la cercanía en la zona de construcciones de cierta envergadura, asociadas probablemente al foro (plaza pública) de la ciudad.
Asimismo, bajo el pavimento de la calzada se han podido atestiguar numerosos estratos que muestran la ocupación de la zona desde época ibérica hasta el Bajo Imperio Romano y que alcanzan una gran potencia de 1.70 m. La superficie de la calzada que pisaban los ciudadanos romanos en el s. III se encuentra a 2m de profundidad bajo el asfalto actual, mientras que la ocupación más antigua, en época ibérica, pisaba un suelo que se encuentra 3,20 m por debajo del actual.
El Director del Museo Municipal, Antonio Espinosa, ha explicado que “tenemos que imaginarnos la plaza de la Generalitat en la Antigüedad como un espacio más rehundido respecto a su entorno, rodeado al sur por el cerro del casco antiguo, al este por el cerro sobre el que se alzó el Convento de los Agustinos, al norte por un desnivel sobre el que se construyeron las termas monumentales, y al oeste por el cauce del río”.
A día de hoy restan dos sondeos arqueológicos más para la conclusión de esta fase de los trabajos, que está permitiendo disponer de una magnífica radiografía arqueológica de La Vila Joiosa, necesaria para delimitar con detalle las zonas a excavar y descartar las extensiones de terreno en las que no hay restos, según el Servicio Municipal de Arqueología y Etnografía.
