Cartagena (Murcia) | Europa Press 07/12/2009
El grupo de investigación en Arqueología de la Universidad de Murcia (UMU), dirigido por el catedrático S.F. Ramallo Asensio, ha finalizado el estudio de la coraza de un guerrero de época bizantina, recuperada durante los pasados trabajos de excavación del teatro romano de Cartagena. La pieza, que pertenece al denominado tipo laminar es, por el momento la única hallada en España, según informó a Europa Press el arqueólogo y becario de investigación postdoctoral de la Fundación Cajamurcia, Jaime Vizcaíno.
La coraza, que data del primer cuarto del siglo VII después de Cristo, se compone de toda una serie de láminas de hierro, que en su momento recubrieron el cuerpo del guerrero. Dichas piezas, con una altura de seis ó siete centímetros y una anchura de dos centímetros, cuentan con perforaciones que permitían entrelazarlas, asegurando una eficaz protección.
El ejemplar, que ofrece datos sobre la indumentaria de los soldados bizantinos, fue recuperado en el nivel de abandono de una de las habitaciones construidas sobre el antiguo teatro romano, transformado a partir del siglo VI en un extenso barrio portuario.
Vizcaíno explicó que el hallazgo, «altamente singular dada la escasez de este tipo de piezas, deja ver cómo transcurrieron las luchas entre bizantinos y visigodos en Hispania».
A este respecto, el arqueólogo recordó que la llegada de los bizantinos al Mediterráneo occidental formaba parte del proyecto emprendido por el emperador bizantino Justiniano para revivir las antiguas glorias del Imperio Romano, recuperando los territorios que habían pertenecido a éste, y que, tras siglos de lucha, habían caído en manos de los pueblos bárbaros.
Precisamente, la tipología de la coraza recuperada en Cartagena permite relacionarla con otros ejemplares hallados en yacimientos de los Balcanes o Italia. Este tipo de protección, de origen oriental, fue adoptado por el ejército bizantino a finales del siglo VI, reservando su uso a oficiales de alta gradación, sobre todo pertenecientes a la caballería pesada.
La coraza ha sido uno de los hallazgos más sorprendentes realizados por el equipo del profesor Ramallo en el teatro romano de Cartagena. Su estudio se enmarca en el proyecto ‘Carthago Noua y su territorium: modelos de ocupación en el sureste de Iberia entre época tardorrepublicana y la Antigüedad Tardía’, que tiene entre sus objetivos, analizar pormenorizadamente la transformación del teatro en barrio durante el período bizantino.
El yacimiento, de hecho, «ha proporcionado abundante información acerca de la vida cotidiana durante estos siglos», según Vizcaíno, quien precisó que el hallazgo de la coraza «se ha visto acompañado por el de otras piezas igualmente singulares, como un cuerno de vidrio para beber, que tampoco cuenta con paralelos en el país».
La directora del Museo del Teatro Romano de Cartagena y arqueóloga integrante del equipo, Elena Ruiz, apuntó que estos descubrimientos, junto a grandes ánforas de aceite y vino procedentes de África u Oriente, ungüentarios realizados en el sur de Turquía, o broches de cinturón, monedas y vajillas utilizadas en mesas refinadas, «hacen cada vez más fácil evocar la Cartagena de los siglos VI y VII, que se mantuvo en manos del imperio bizantino hasta que las tropas del rey visigodo Suintila destruyeron la ciudad».
Todas las piezas, tras un laborioso proceso de restauración y estudio, se exponen en la actualidad en el recientemente inaugurado Museo del Teatro Romano de Cartagena.
HALLAZGO DE LA CORAZA
La asociación de la coraza a un amplio y variado repertorio cerámico, permite su datación en el primer cuarto del siglo VII después de Cristo, momento en el que el barrio construido sobre el teatro es destruido a causa de la conquista visigoda, según fuentes consultadas por Europa Press del departamento de Promoción de la Investigación de la institución docente (Prinum), dependiente del Vicerrectorado de Investigación.
El ejemplar cartagenero ha conservado un total de 114 láminas realizadas en hierro, denominadas lamellae, y que presentan forma rectangular. Todas ellas se encuentran perforadas, de cara a facilitar su montaje en hileras superpuestas y, a pesar de su aspecto similar, pequeñas diferencias de forma, espesor o tamaño, han llevado a identificar seis tipos, que en origen habrían de cubrir diversas partes del cuerpo del guerrero.
La coraza recuperada en Cartagena presenta estrechas analogías con las procedentes de otros yacimientos protobizantinos, especialmente de los Balcanes, como es el caso de Caricin Grad o Svetinja. Igualmente, no faltan otros paralelos, como la coraza localizada en el yacimiento romano de Crypta Balbi.