Marcos Sueiro | Santiago de Compostela www.elmundo.es
22/06/2013

La ruta imperial que une la localidad leonesa de Astorga, atraviesa el Sur de Galicia y llega hasta Braga (Portugal) todavía conserva en ruinas parte del esplendor que los romanos eran capaces de dar a lo que construían. Y es que ni el transcurso de los siglos, ni la desafección de los poderes públicos han conseguido borrar el rastro de una arteria fruto de la visión estratégica y pacificadora del emperador Vespasiano.

La construcción de la Vía Nova se remonta al siglo I después de Cristo y su trazado es de 300 kilómetros. A día de hoy todavía se conservan 286 miliarios (columnas de piedra que marcaban las millas), cinco puentes (un número muy elevado si se tiene en cuenta que en la Hispania romana sólo se conservan 30), las antiguas minas de oro que se explotaban en la época -las Médulas en León y Os Milagres de Monte Medo y Os Biocos, ambas en Ourense- y 10 mansiones, entre ellas Aquis Ogeresibus y Aquis Querquennis en Lobios y Bande respectivamente; esta última ofrece en la actualidad el conjunto de ruinas romanas más importante de Galicia, después de la muralla de Lugo.

Además, en la actualidad, el trazado atraviesa el Parque Transfronterizo Gêres-Xurés, declarado reserva de la Biosfera por la Unesco, y el Natural de la Sierra de la Enciña da Lastra. Sin embargo lo que las guías turísticas y los ensayos de investigadores describen como una ruta de vital importancia en la Roma convulsa de Vespasiano y en la Edad Media ha decaído y sólo se puede adivinar su esplendor cuando se visitan algunos de los restos arqueológicos que todavía quedan.

¿Reclamo turístico?
Veinte siglos después la voluntad de algunos alcaldes y responsables públicos de recuperar al origen para asegurar la supervivencia de muchos de los pueblos y villas ha permitido fijar la atención en una vía desprotegida por la oficialidad a lo largo de muchos años.

Y es que la supervivencia de la Vía Nova es casi milagrosa. A pesar de los sucesivos intentos de ponerla en valor y las continuas inversiones procedentes de los fondos comunitarios a través del programa Interreg III, no han sido suficientes para convertirla en un reclamo turístico o abordar una recuperación integral.

El peregrinaje por alguna de las zonas permite comprobar cómo en algunas de las localidades simplemente hay señalizaciones precarias y ningún tipo de protección sobre los monumentos que quedan en pie. En A Rúa de Valdeorras (Ourense) lo más visible son señalizaciones verticales que recuerdan que por allí pasaba la Vía Nova. Los restos arqueológicos se encuentran en las distintas iglesias parroquiales o en una especie de museo, de nombre Casa Grande de Viloira, cuyos fondos están sin catalogar.

Otro ejemplo representativo es lo que ha ocurrido con el Centro de Interpretación de la Vía Nova, localizado en la localidad ourensana de Vilamartín de Valdeorras, sufragado con fondos públicos (126.000 euros) y hoy convertido en un ‘cíber’ dónde los más jóvenes del pueblo navegan en Internet.

Ante la disparidad de actuaciones que se han promovido por parte de las distintas administraciones y los escasos resultados parece que la reciente iniciativa de diputados leoneses y ourensanosproponiendo al Congreso la candidatura para su declaración como Patrimonio de la Humanidad puede ser la ocasión para recuperar lo que queda de la vía imperial.

Uno de los alcaldes directamente afectados, Alfredo García, de O Barco de Valdeorras, manifestó a ELMUNDO.es que la aprobación de la solicitud de la candidatura «es una buena noticia porque nunca se ha abordado el tema de la Vía Nova en serio». Los alcaldes confirman que hasta la fecha se conseguían las subvenciones de manera fraccionada y nunca hubo un plan integral de recuperación. García asegura que «todo el mundo da ideas pero es necesario un plan de conjunto que incluya actuaciones sobre el conjunto arqueológico y los espacios naturales protegidos». La falta de protección provocó situaciones dantescas, como la utilización por parte de los labradores de la zona de alguno de los restos romanos (miliarios) como aperos de labranza, tal como publicó ELMUNDO.es hace un año.

La declaración como Patrimonio de la Humanidad blindaría de manera definitiva toda la ruta e impediría cualquier exceso por parte de los poderes públicos y de los particulares. De hecho, fuentes del Instituto para la Conservación de Monumentos y Sitios de la UNESCO (ICOMOS) han confirmado a este periódico que los técnicos supervisarán la ruta y que la declaración exige el cese de cualquier actuación sobre el patrimonio material e inmaterial. Del mismo modo, han asegurado que una vez que el Gobierno español presente la candidatura el proceso duraría «algún tiempo» durante el cuál es necesario un trato «escrupuloso» sobre el objeto de protección.

Unas termas con veinte siglos
En la localidad de Baños, en el ayuntamiento de Bande (Ourense), se localizan una de las zonas más llamativas del conjunto de la ruta. Se trata de una zona termal utilizada por las familias patricias romanas para tomar las aguas y que, cuando el caudal del embalse de As Conchas lo permite, siguen funcionando. Justo al lado está el campamento romano Aquis Querquennis en el que se recrean las distintas estancias de la casa romana y que permite visualizar cómo vivían los colonizadores de la Hispania romana.

Años después, la zona, poco explotada turísticamente, se ha convertido en un lugar con encanto al que sólo acceden lugareños por la mala señalización y también grupos de hippies que lo han convertido en una especie de campamento.

Baños no siempre está abierto. El aprovechamiento del embalse por parte de las eléctricas impide que todo el año sirva para tomar las aguas. No obstante, cuando el caudal baja, se pueden ver y utilizar las antiguas bañeras. La diputada del PP, Ana Belén Vázquez, oriunda de Bande, ha conseguido tras varios intentos con su iniciativa que la recuperación y la protección empiece a tomarse en serio y como ella dice «sólo queda conseguirlo».

FUENTE: http://www.elmundo.es/elmundo/2013/06/19/cultura/1371653718.html