Antonio Cantudo 04/09/2023
Eurípides escribió Fedra y Medea hace 25 siglos. Y lo hizo porque eran historias tremendas, llenas de dramatismo que incidían en temáticas llamémoslas “tabú”. No se puede contar la historia de un suicidio rociado con unas cuantas gotas de pederastia porque nos pone los pelos de punta. Y no digamos si nos ponemos a contar que una madre asesine a sus hijos por violencia vicaria. Un horror, un sinsentido, una barbaridad… Una excusa para fabricar, hoy en día, miles de minutos de televisión basura y no entremos en si además hay descuartizamientos o canibalismo, porque entonces el morbo puede llegar a ser infinito. Es un tema perfecto para cualquier barra de bar, peluquería, la panadería, el ascensor de los grandes almacenes o la cola del paro.
Pero es que las tragedias ocurren con más frecuencias de lo que pensamos. Están a la vuelta de la esquina. A todos nos han contado alguna vez historias increíbles que pasaron a algún conocido que todo el mundo quiere olvidar pero que, llegadas las circunstancias adecuadas, nadie puede resistirse a recordarlas. Con el consiguiente estupor de los que lo oyen por primera vez.
Las Niñas de Cádiz hicieron exactamente eso. Coger esas historias que nadie quiere oír pero que todo el mundo se muere por contar. Eso sí, en la intimidad, para que nadie se entere y ponerles un altavoz. Y mira tú qué casualidad, son una copia calcada del mito de Fedra o del de Medea. Pero eso se puede narrar de muchas maneras y ellas decidieron hacerlo de la forma más divertida porque llevan el carnaval en la sangre y porque reflejar las desgracias puede ser terrible o desternillante. Solo hace falta la dosis suficiente de desvergüenza y de mala baba para crear un espectáculo genial y distinto a todo lo que habíamos conocido anteriormente. No es de extrañar que les concedieran el Premio Max a mejor espectáculo revelación en 2020. Se lo merecían de sobra.
Las hermanas López Segovia y Alicia Rodríguez nos han transportado de la más absoluta normalidad, esa que encuentras mientras llenas el carrito en el Mercadona, a la tragedia más salvaje como quien no quiere la cosa. Lo cotidiano acaba siendo lo increíble. La realidad diez pueblos más allá de la ficción. Y todo envuelto en un verso que al principio descoloca pero que te acaba atrapando en su urdimbre de una forma sublime hasta llegar a ser absolutamente imprescindible.
Un espectáculo que ha generado un aplauso unánime, largo, sincero hasta el punto que ha sorprendido a las propias intérpretes. Tardaremos mucho tiempo en olvidar este pequeña obra de arte.
Mañana llega Electra
Noite Bohemia es un grupo coruñés que lleva más de una década paseando el teatro grecolatino por todo el territorio nacional. Han conseguido el primer premio del Concurso nacional de teatro grecolatino del Ministerio de Educación y Formación Profesional en varias ocasiones y este año son finalistas con este espectáculo. Un grupo muy consolidado que llega a Almuñécar por segunda vez y que promete emociones fuertes y que nos plantea un menú con dos platos: Electra, esta noche y mañana, Gemelos, con entrada gratuita hasta completar aforo.