Juan Carlos Boutellier 17/06/2013
Soy de Humanidades. Un «letroso».
Estamos en peligro de extinción. Es un hecho que el desprestigio que vienen sufriendo los estudiantes de las ramas ausentes de números y fórmulas matemáticas se ha acelerado. Preguntas a un pequeño infante de 10 años qué quiere ser de mayor y apunta la respuesta. Luego llamas al CIS para que haga uno de sus útiles y reveladores barómetros para desarrollar unas conclusiones que puedan asimilar todas las personas a las 3 de la tarde, con el noticiero diario. Un 1% (vaya, un porcentaje en un artículo humanista, qué hereje) deseará algún trabajo relacionado con las Humanidades.
Nos bombardean y modifican nuestro comportamiento a un beneficio ajeno a nosotros. Orientan a las nuevas generaciones a ser astronautas, ingenieros, médicos, economistas,etc. Economía es la palabra clava de todo esto y el motivo por el que los humanistas escaseamos. No aportamos ese plus de beneficio utilidad necesario para el futuro. ¿El latín y el griego clásico? Lenguas muertas, chico, dedícate a aprender más sobre los neutrinos, que el mundo necesita científicos. Y los necesita, ¿pero es necesario desprestigiar nuestro propio pasado y olvidar de dónde venimos?
No defiendo que un estudiante de Humanidades sea mejor persona para una sociedad que uno ubicado en la rama de Salud, por ejemplo. Pero es cierto que contemplar visiones del ser humano en otras épocas, o de otras culturas, ayudan a adquirir esa cultura que no es un simple título académico.
No renta a los de arriba que tú te dediques a leer, y que tras leer, te dediques a pensar. Esos pensamientos pueden cambiar aquello que no desean que permanezca. Poco a poco me he dado cuenta que todos formamos parte de una gran cadena, formada por millones de eslabones, todos ellos necesarios. Porque tú, querido lector que te aproximas a este folio y que puede no agradarte lo que ves en él, puedes contemplarlo porque alguien lo ha escrito. Ese alguien lo ha podido hacer a través de un ordenador que él no ha fabricado. Y éste se encuentra sobre una mesa que no la ha hecho el mismo que hizo el ordenador. Y además todo esto se encuentra en una casa realizada por muchas otras personas que a lo mejor no han tocado un libro de ciencias o letras en su vida (o a lo mejor sí) pero que sin embargo hacen necesario que todos podamos vivir.
Todo es necesario y nunca debemos dar por hecho que todo debe ser como nosotros elegimos ser. Letras, Ciencias y Artes. Todo es un cúmulo que nunca debió ser dividido socialmente como se encuentra actualmente. No en vano, su origen es conjunto.
¿Por qué escribo esto? Porque es un pensamiento que me pidió escapar y reflejarse. Creo que es necesario que nos demos cuenta que el valor no se obtiene destruyendo, sino apreciando. La diversidad es importante. En la naturaleza, y en la cultura.
Y ahora sigo leyendo a Platón, del que además os dejo una cita que puede encajar perfectamente con el desprestigio cultural que sufren las letras y las artes; «La obra maestra de la injusticia es parecer justa sin serlo».
JUAN CARLOS BOUTELLIER
Orgulloso alumno de Humanidades y seguidor de Arte