Oviedo www.lne.es 11/11/2005
El facsímil del Testamento del rey Alfonso II el Casto será presentado el próximo miércoles en la sala capitular de la catedral de Oviedo.
El próximo miércoles -exactamente 1.193 años después de la firma del original- se presentará en la sala capitular de la catedral de Oviedo la primera edición facsímil del Testamento del rey Alfonso II el Casto. Efectivamente, el Testamento está fechado el 16 de noviembre de 812. Recoge la donación real de un conjunto de propiedades a la Iglesia de Oviedo. Sin duda se trata de una pieza de excepcional valor. En la presentación del facsímil intervendrán el arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro; los tres integrantes del equipo científico de la edición -el archivero Agustín Hevia y los catedráticos Josefa Sanz y Juan Ignacio Ruiz de la Peña-, así como Rafael González, director gerente de Madú Ediciones. El Testamento se custodia en el archivo de la Catedral.
El Testamento de Alfonso II el Casto es una pieza verdaderamente excepcional y uno de los grandes tesoros de la catedral de Oviedo. Se trata de un ejemplar único de extraordinario valor para los bibliófilos, los estudiosos de la historia y, en general, para una sociedad culta.
Está fechado en el año 812. A la hora de las valoraciones cuenta la antigüedad del documento y su buen estado de conservación. Pero por encima de todo cuenta que es un documento cierto. Su contenido no es resultado de fantasías o falsificaciones. Asimismo es importante destacar, desde el punto de vista regional, que es el segundo documento más antiguo de Asturias y el primero de carácter público.
Alfonso II el Casto es el monarca más importante del ciclo medieval asturiano. Y aun del conjunto de la España de aquellos siglos. Fundó Oviedo. Precisamente en las últimas semanas se ha descubierto parte de la muralla fundacional y enterramientos que aún son anteriores a su reinado.
Oviedo ya existía como enclave habitado, pero sólo con el traslado de la corte desde Pravia se puede decir que cobra naturaleza de ciudad. Alfonso construyó la considerada primitiva Catedral sobre un templo anterior levantado por su padre. Durante su reinado se hizo la Cruz de los Ángeles, que figura en el escudo de la ciudad.
Noviembre de 812
Hijo del rey Fruela y de la vasca Munia, fundadores de Oviedo, llegó a alianzas con Carlomagno y conquistó Lisboa a los sarracenos. A él se debe además la creación del primer Camino de Santiago, en la primera mitad del siglo IX, tras acudir a la llamada del obispo de Iria sobre el descubrimiento del sepulcro.
El documento que ahora aparece como facsímil está fechado el 16 de noviembre de 812. Lo firma el rey Alfonso II el Casto, que dona a la Iglesia de Oviedo un complejo de propiedades, entre ellas los edificios que construyó y ornamentos religiosos.
El título original está escrito en latín. Es el «Testamentum regis Adefonsi». Es probable que el documento formara parte de un cartulario que ha quedado sin completar.
La catedrática de Paleografía y Diplomática de la Universidad de Oviedo María Josefa Sanz considera que es «un nuevo elemento de riqueza para el acervo histórico de Asturias».
Los editores indican que «el Testamento de Alfonso II el Casto es el documento más notable e importante de Asturias debido, sobre todo, a su contenido, ya que es el relato más antiguo que conocemos del inicio de la Monarquía asturiana, con referencias al rey Pelayo, a la batalla de Covadonga y a la Reconquista, hechos clave en la historia de España, lo que le añade un valor de primera magnitud como fuente histórica».
La preparación del facsímil de un texto tan especial ha exigido una labor compleja. No habría sido posible sin la esmerada colaboración del cabildo de la catedral de Oviedo, propietario y depositario del documento, como indican los editores.
La figura de Alfonso revive en su texto capital, que sólo puede ser resultado de un personaje de la máxima importancia. Efectivamente, hijo del rey Fruela y de la vasca Munia, desde Oviedo estableció alianzas con Carlomagno, el hombre más poderoso de aquella Europa y llegó a conquistar Lisboa a los sarracenos.
Peregrino
Durante su reinado se descubrió el sepulcro de Santiago en Compostela y el rey fue, desde Oviedo, el primer peregrino y por lo tanto el creador del primitivo Camino. La elaboración del facsímil, de carácter fundamentalmente artesanal, requirió «un estudio previo del troquelado para ser fieles a los deterioros producidos en el pergamino por el paso del tiempo, trozos rotos y agujeros. Sobre astralones de imprenta se dibujaron exactamente los contornos, con el fin de poder disponer de medidas reales. Asimismo, se midió el color en cada una de las partes del documento con la ayuda de un densitómetro, con sumo cuidado y utilizando técnicas adecuadas para evitar cualquier riesgo de perjudicar el pergamino», siempre bajo la supervisión de Agustín Hevia Ballina, archivero de la Catedral.