Mar Cirera www.diaridetarragona.com | Tarragona 25/02/2012

Hace doce años que Tarragona es Patrimonio de la Humanidad, pero tiene en el cuidado de los restos una asignatura pendiente.

Tarragona recibió hace doce años el honor y a la vez la responsabilidad de ser Patrimonio Mundial de la Humanidad. La ciudad ha heredado una buena fortuna arquitectónica y arqueológica de la Tàrraco romana; sin embargo, arrastra más de una vergüenza, como, por ejemplo, que después de dieciocho años –desde 1994– la Necròpolis permanece cerrada. No es un caso aislado; el Teatre Romà comparte por el momento el mismo destino.

La asamblea de la UNESCO decidió que Tarragona fuera inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad en base a dos criterios. Uno de ellos decía: «Los restos romanos de Tárraco son de excepcional importancia en el desarrollo de la planificación y diseño urbano romano que sirvió como modelo para capitales provinciales por todo el mundo romano». Y es que Tárraco acumula algunos récords, como por ejemplo: fue el primero y más antiguo asentamiento romano en la península Ibérica; la Gran Plaça de la Representació era la más grande del Imperio y suma el volumen de inscripciones más grande fuera de Italia, entre otros.

Tárraco fue una de las capitales provinciales más importantes en el occidente del Imperio Romano. Y esta herencia es a la vez el reto del presente y del futuro. El compromiso debe pasar por destinar los medios necesarios para garantizar la conservación óptima de sus monumentos, facilitar la información, la oferta y el acceso al público, etc. Sin embargo, en algunos monumentos o restos arqueológicos la realidad es muy distinta.

Instituciones y arqueólogos coinciden al enumerar las grandes asignaturas pendientes y olvidadas: la Necròpolis y el Teatre –la titularidad de ambas pertenece a la Generalitat–. Sin embargo, teniendo en cuenta la coyuntura económica, un proyecto realista y asequible pasa por el mantenimiento y la conservación. «Este año se trabajará en todos los monumentos romanos, en todos aquéllos que son competencia del Ayuntamiento, y nuestros técnicos redactarán los proyectos», explica Carme Crespo, concejal de Patrimoni. «Realizaremos proyectos de conservación en el amfiteatre, el circ, la Volta Pallol y en la parte descubierta en esta zona, que se tiene que museizar. También continuaremos realizando trabajos en la Muralla», añade Crespo.

Respecto al caso de la Necròpolis y del Teatre, «desde el Ayuntamiento los estamos tratando de una manera reiterada. El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, ha tratado este tema con el conseller, y yo hablo a menudo con el director general de Patrimoni. Les estamos presionando, desde un punto de vista patrimonial y también desde un punto de vista turístico», explica Crespo.

La realidad es que el turista cuando visita la ciudad se encuentra la Necròpolis cerrada y el Teatre convertido en un solar abandonado. «Espacios arqueológicos como el Amfiteatre, la Necròpolis, la Basílica del Parc Central o Centcelles, más los equipamientos museográficos como el propio Museu Nacional Arqueològico de Tarragona (Museu de la Necròlis) o el Museu Bíblic Tarraconense, podían constituir un circuito de una gran originalidad», explica Andreu Muñoz, director del Museu Bíblic y experto en época paleocristiana. «El resultado es que esta ruta ofertada, con acierto, por el Patronat Municipal de Turisme, es inviable para el visitante, que encuentra serias limitaciones en el acceso y comprensión de la Basílica del Parc Central, la Necròpolis la encuentra cerrada y ahora se suma el cierre de Centcelles, en Constantí», añade Muñoz.

FUENTE: http://diaridetarragona.com/tarragona/065334/necrpolis/teatre/rom/joyas/enterradas/olvido