Fotografías de Ricardo Huerga Maeso
José Ángel Alegre Mateus | Zaragoza www.iespedrodeluna.es/tag/clasicos-luna 28/03/2016
“Clásicos Luna”, compañía teatral del IES Pedro de Luna de Zaragoza, ya ha representado algunas escenas de su adaptación teatral de la “Ilíada” en el Museo del Teatro Romano y en varios colegios de educación infantil y primaria de Zaragoza. La versión definitiva se estrenara el 6 de abril en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza, y su viaje culminará en el Teatro Romano de Sagunto el día 15 de ese mismo mes.
Clásicos Luna ha planteado esta adaptación, y puesta en escena de la “Ilíada”, como una puerta de entrada al mundo homérico, presentando un espectáculo teatral que sea atractivo para todos los públicos. Es muy visual, coral y está lleno de color, para que el ambiente teatral de la obra envuelva al espectador y le seduzca con las historias que se cuentan en el escenario. Por ese mismo motivo, esta “Ilíada” está planteada desde las claves de la comedia y la tragedia.
El elemento trágico recorre todo el poema homérico. Como canta el poeta, al comienzo de la obra, la cólera de Aquiles precipitó al Hades las almas de muchos jóvenes valientes y causó infinitos males. La Ilíada de la tradición homérica se presenta como un canto a la guerra, exaltando las batallas y combates de los héroes, pero en ella, de forma paradójica, todos son vencedores y vencidos. Un poema que, en su anecdotario, es un aparente alegato a favor de la violencia pero que, a la vez, muestra las miserias de la guerra, en la que todos son perdedores. Un relato épico que comienza con la cólera de Aquiles y que acaba con el “oficio de piedad” del rescate del cadáver de Héctor por Príamo. Clásicos Luna muestra, en la primera escena, este marco general que permite a los espectadores comprender las desgracias y el dolor que a todos alcanzan con su halo de muerte y destrucción. Y, en las escenas finales, concretamente en la quince, presenta el coro de las clarividentes mujeres troyanas, las únicas plenamente conscientes de los desastres de la guerra, y la emotiva escena del rey Príamo suplicando la devolución del cuerpo de su hijo Héctor, muerto en combate a manos de Aquiles.
Pero como dicen Juan Luis Pérez y Mª Ángeles Parroqué, directores y adaptadores de esta puesta en escena de la Ilíada, en el libro editado por Prósopon: En nuestra adaptación hemos introducido algún “punto de humor”, que creemos necesario para romper con tanta muerte, con tanta lucha y destrucción. Este punto lo aportan los mirmidones. Unos luchadores de elite dentro del ejército griego, algo “moñas” que tienen la suerte de estar dirigidos por el gran Aquiles que, casualmente, tiene en sus manos el poder de decidir el destino de la contienda. Unos soldados extraordinariamente “pijos”, que en cada aparición rebajan el tono trágico de la dramaturgia, haciendo que los diálogos queden divertidos e incluso, en algún caso, ridículos. Esta decisión no es gratuita. A través del humor se pueden hacer grandes reflexiones y transmitir al espectador otros puntos de vista, más cercanos a su realidad.
Por eso, enseguida, esta “Ilíada de Clásicos Luna” entra en las claves de la comedia, tiñendo con su simpatía y agilidad muchas de las escenas y el carácter de los personajes: el de los mercaderes vendiendo su productos en el ágora, el de las mujeres comentando las historias famosas de la guerra de Troya y la leyenda de la hermosa Helena con la manzana de la discordia que dio origen a la guerra, el del prepotente Agamenón que roba la bella Briseida a Aquiles, el del valiente y colérico Aquiles y su amigo Patroclo, el del bello Paris …
Las obras de teatro siempre son una puerta abierta para la inteligencia y el “corazón” de los espectadores. Pero hay dramas y comedias, de las que podríamos decir que son, sobre todo, puntos de llegada, metas que se trazan como objetivos a los que se quiere llegar, porque se han preparado con intensidad, o porque cuentan con un gran interés por parte del público asistente, o porque el auditorio conoce muy bien lo que se va a representar en la escena. Y hay otras obras de teatro que son, en cierto modo, un punto de salida, una puerta o ventana que se abren con frescura y vitalidad a los temas, cuestiones e historias que en el escenario se cuentan. No son incompatibles la salida y la llegada, puesto que en muchas ocasiones se sale y se llega de la meta. Y, en ambos casos, el drama y la comedia pueden ser la vía de acceso.
Este último camino es el que hemos tomado nosotros. Lo hemos hecho así, porque el trabajo previo de profesores y alumnos sitúa a nuestra obra como un punto de llegada, como dice el profesor Cristóbal Barea, en su estupenda y breve introducción al libro ya citado de Prósopon: Dejamos al criterio de cada profesor la elección de aquellos aspectos o personajes que considere más adecuados para que sus alumnos desarrollen e investiguen, como actividad preparatoria para la representación.” Pero, sobre todo, esta Ilíada tragicómica está concebida como una puerta que se abre para que los alumnos, especialmente, y con ellos sus profesores puedan continuar su trabajo sobre el mundo homérico, la épica, la cultura clásica, el teatro y la literatura Y en este planteamiento, el humor de la puesta en escena es el mecanismo inicial para suscitar entre los espectadores jóvenes la sintonía con las emociones de estas historias de héroes, dioses y hombres.
La Ilíada de Clásicos Luna está concebida como una liturgia colectiva en la que 70 actores, danzantes, cantantes y guerreros griegos y troyanos de flamantes escudos, quieren transmitir a los alumnos espectadores, y también al público en general, la emoción de esa historia. Una liturgia colectiva de actores y espectadores que acaba con la canción “La cólera de Aquiles”, entonada por todos al unísono, y que los futuros asistentes podéis encontrar en este vídeo (con la grabación audiovisual de la canción, realizada en el Teatro Romano de Zaragoza, el 28 de febrero de 2015, por la Facultad de filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza).