Santiago Belausteguigoitia | Sevilla www.elpais.com 07/09/2008
Un hallazgo arqueológico ayuda a desentrañar claves sobre Tartessos.
Tartessos es mucho más que un territorio brumoso del pasado del sur de la península Ibérica. En tierras de la actual Andalucía hubo hace milenios formas de vida y visiones del mundo que los arqueólogos intentan desentrañar. Un grupo de investigación de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla estudia dos estelas tartésicas descubiertas en Almadén de la Plata (Sevilla). Una de estas estelas (losas), la mejor conservada, es una rica fuente de información para encontrar claves sobre los mitos fundacionales de las religiones indoeuropeas. En estos sistemas de creencias las parejas de personajes desempeñan la función civilizadora de su pueblo. Es el caso de Rómulo y Remo en Roma o de Gárgoris y Habis en Tartessos.
La estela mejor conservada presenta dos personajes antropomorfos de proporciones casi idénticas. Los dos personajes tienen un alto grado de geometrismo y abstracción. Una de las figuras representa a un guerrero con su espada, escudo y casco con cuernos. La otra figura tiene como atributo único una diadema, que puede representar un ornamento de prestigio utilizado por mujeres o incluso una aureola, lo que daría al personaje un simbolismo sobrenatural.
Un estudio sobre las estelas se ha publicado en la revista Trabajos de Prehistoria. Las dos estelas datan de un periodo comprendido entre la Edad del Bronce Final y la Primera Edad del Hierro (1300-550 a. de C.). Tras su hallazgo, las estelas fueron depositadas en el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla en 2005. El profesor Leonardo García Sanjuán, responsable del grupo de investigación, recalca el enorme valor de la estela con las dos figuras antropomorfas. «De las 120 estelas de guerrero tartésicas que se conocen, la de Almadén de la Plata es la única que presenta ese tipo de composición», asegura García Sanjuán.
«Al hablar de Tartessos nos referimos a la cultura del suroeste de la península Ibérica que resulta de la interacción de los habitantes locales con los fenicios y los griegos. El contacto se produjo hacia el año 850 a. de C. No se puede discernir si las estelas corresponden al periodo pretartésico (1350-850 a. de C.) o al tartésico (850-550 a. de C.). No sabemos cómo era la sociedad pretartésica. Estas estelas son el único registro plástico-gráfico tangible para realizar especulaciones sobre la sociedad indígena, autóctona, antes de la llegada de los fenicios», dice.
«Las estelas de guerrero representan un personaje guerrero central con una espada, escudo y casco con cuernos. A veces, se representan también con personajes inferiores», agrega. La estela hallada en Almadén de la Plata es excepcional al contar con dos figuras distintas de tamaño equivalente. García Sanjuán señala que «la estela puede dar claves sobre mitos fundacionales de Tartessos». «Existe una tradición de ámbito europeo de los dioses gemelos. Hay una tradición muy extendida de parejas de hermanos -o de padre e hijo- que tienen una función mítica como fundadores o civilizadores de una comunidad. Esta noción nos remite a la estela», recalca García Sanjuán.
«La estela cuestiona cosas que se decían hasta ahora, como que las figuras con diadema son femeninas. No se descarta que lo sean. Pero abre otra línea de investigación. La cosa que lleva la figura en la cabeza puede no ser una diadema que sujeta el pelo, sino un símbolo regio, como una corona. O incluso puede ser un motivo solar. La tradición europea desde el Neolítico señala que el culto principal se dirige al sol. De esta forma, cabe la posibilidad de que la estela muestre una dualidad de personajes donde uno de ellos representa el poder religioso (figura con diadema) y otro el militar (guerrero)», comenta García Sanjuán, que escribe un trabajo sobre las estelas que será publicado por la Universidad de Oxford en 2009.