Mateo Sancho Cardiel | Madrid | EFE 07/03/2011

En «The Eagle of the Ninth», el último estreno de Kevin MacDonald, la épica del cine de Romanos se traslada a los confines del Imperio para fundirse con la intensidad de las relaciones entre el poder, la lealtad y el honor durante la conquista de la bárbara Britania en el siglo II después de Cristo.

En esta ocasión MacDonal, el director de «The Last King of Scotland», ha unido sus fuerzas a Jamie Bell, el que fuera «Billy Elliot», y presenta una cinta que, en sus propias palabras, «no quería ser otra película de romanos». «Así que busqué una historia distinta, de la parte más periférica del imperio, donde lo clásico se funde con lo bárbaro. Me atraía ese vínculo con el fin del mundo conocido», explica a Efe el director.

«The Eagle of the Ninth», en su careo entre Marco Aquila, un soldado romano interpretado por Channing Tatum, y Esca, un esclavo britano a quien da vida Jamie Bell, esquiva la espectacularidad y se centra en las relaciones de poder y oposición con reminiscencias de «El sirviente», de Joseph Losey, o «Fugitivos», de Stanley Kramer.

Marco Aquila aspira a restaurar el honor de su familia tras una derrota en el campo de batalla y la desaparición de su padre, uno de los 5.000 hombres que formaron la Novena Legión perdida en Caledonia (actual Escocia). Esca se mueve, en cambio, entre la lealtad al amo que le salvó la vida o a su pueblo.

«Los dos cargan con culpas y con vergüenzas, con traumas por una familia deshonrada y diferencias culturales. Comparten resentimientos y hostilidad, pero la película habla de escuchar y de entender que podemos aprender mucho de nosotros mismos a través de nuestros enemigos», asegura por su parte Bell. «Por supuesto hay enormes escenas de batallas, pero la verdadera historia está en los dos perosnajes, en su retrato íntimo del honor y de la libertad», añade.

Esa periferia, donde la fuerza del imperio romano llegaba debilitada y se enfrentaba además a pueblos de raíces culturaes mucho más distintas, sirve al director para tejer la metáfora con el mundo actual.

«El mensaje está muy vinculado al imperio estadounidense, que tiene que entender que hay pueblos que no acepten su manera de imponer una forma de ver el mundo», resume MacDonald, quien ya estudió el fascinante embrujo del poder alrededor de la figura del dictador ugandés Idi Amin en «The Last King of Scotland».

Jamie Bell, a sus 23 años, prefiere quedarse con el aroma antiguo del filme, que no hace abuso de los efectos especiales y que apuesta por una épica naturalista. «Es como un relato a la vieja usanza. Está en las antípodas de ‘La red social’, película que me encanta, pero en la que no hay ningún tipo de concesión al honor ni a la redención», asegura.

Pero en una historia de convivencia entre dos hombres, con la aparición brevísima de sólo dos mujeres y tras la relectura que se ha hecho en los últimos años del ‘peplum’, no descartan del todo que exista un subtexto homosexual en esta historia de amistad.

«No es una película intencionadamente gay, pero si quieres encontrar el factor sexual entre ellos se puede encontrar. Jamie Bell se refería a la película en algunos momentos como ‘Brokeback Mountain'», bromea MacDonald.

El realizador, curtido en el documental gracias a títulos como «Touching the Void», que prepara ahora un filme sobre Bob Marley, asume que en esta historia de ficción «se puede abarcar el contenido emocional con más libertad. El documental es un proceso de investigación casi detectivesco».

Y Jamie Bell, por su parte, no puede ocultar su ilusión por su encarnación de «Tintín» a las órdenes de Steven Spielberg, el que promete ser su título más representativo para alguien que todavía arrastra la imagen de «Billy Elliot», ese niño que quería bailar.

Su interpretación será luego reconvertida, al estilo de «Polar Express» o «A Scanner Darkly», en animación que mezclará lo digital con lo stop-motion, pero, pese a ello, se atusa ya el flequillo para interpretar al aventurero periodista del cómic.

«Es fantástico trabajar en un proyecto de gestación tan larga», asegura, y «ha sido una alegría que sea una propuesta tan fiel a los libros, porque yo soy un gran fan de Tintín y del legado de Hergé. En el fondo, soy un chico muy tradicional y creo que esta película será como hacer un nuevo Indiana Jones», concluye.

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Una de romanos a la europea y ambientada en Escocia