Roma | EFE www.elpais.com 22/10/2008
Una gran exposición con libros, pinturas y piezas arqueológicas muestra el legado del dictador romano.
Fue «el protagonista absoluto de la historia de la Roma antigua», según los expertos. La historia y el mito de Julio César están expuestos desde hoy en el Claustro de Bramante de Roma, donde pueden verse desde bustos de esta figura del siglo I antes de Cristo hasta pinturas de maestros del XVII o escenas cinematográicas del XX que recrean su vida y la de sus contemporáneos. Según sus organizadores, la muestra -que permanecerá abierta hasta el 3 de mayo de 2009- es la primera que se hace en el mundo sobre Julio César (100-44 a.C.).
La exposición permite observar cómo el mito corre paralelo a la historia y nace de la mano del mismo Julio César, tanto a través de sus Comentarios a la Guerra de las Galias como de las estatuas que glorificaban su estirpe, a la que entroncó con Venus. Un mito que continúa su sucesor, Augusto, el primer emperador de Roma, que le dedica altares, entre ellos uno datado entre el año 12 y el 2 a.C., con el que se abre la muestra. Junto a esa pieza destaca la llamada Espera de Bronce, que estuvo colocada en la punta del obelisco del Vaticano hasta el siglo XVI y en cuyo interior se conservan sus cenizas, según se empezó a decir en el siglo XII.
El Claustro de Bramante exhibe además bustos de Cicerón, Craso, Pompeyo y otros contemporáneos del político, militar, literato e historiador que fue Julio César. La mayoría de las obras recogidas en la primera parte del recorrido pertenecen a la época del Imperio entre el año 50 antes de Cristo y el siglo I después de Cristo. También hay capiteles de templos, armas, joyas, monedas y un mapa con las fechas más importantes de la vida de César, desde su nacimiento hasta su asesinato, pasando por sus campañas militares, nombramientos y reconocimientos del Senado.
Egipto y el idilio con Cleopatra
El Claustro de Bramante, situado cerca de la céntrica Piazza Navona, ha preparado asimismo una sala egipcia dedicada a los objetos relativos a la política de Julio César en ese país y a su relación con Cleopatra. Entre las figuras de esa sala están un busto de mujer, que se presume que es el de Cleopatra, y otro de Julio César en esquisto verde, además de un lecho mortuorio y cabezas en arcilla que representan al dios Apolo. La sala recoge las piezas, como vasijas y copas, de la colección particular de Julio César, gran amante de las antigüedades, o procedentes de sus botines de guerra.
La segunda parte de la exposición está más centrada en la pintura, sobre todo a partir del siglo XIV. Una de las principales obras que se exponen en esa sección es el retrato de Cleopatra firmado por Miguel Ángel en 1530, pero también figuran reproducciones de los Comentarios a la Guerra de las Galias o de la Vida de Doce Césares, de Suetonio, datadas en el siglo XIV. El mito de Julio César recibió un fuerte impulso con Shakeaspeare y quedó reflejado después en las múltiples pinturas que recrean su asesinato, como La muerte de César (1793), de Vincenzo Cammuccini (1771-1844), o la de Cleopatra (1874), de Jean-André Rixens (1846-125), también en la exposición.
El Pompeyo de Rubens
Otra de las obras maestras en exhibición es la Entrega de la cabeza de Pompeyo a César, de Rubens (1577-1640). La imagen del general romano llega al siglo XX donde las nuevas artes, como el cine, también se fascinan por su figura, como muestran las recreaciones sobre él y fragmentos de película que se proyectan en el Claustro del Bramante, como la que muestra a Marlon Brando en el Julio César (1953) de Joseph L. Mankiewicz.