A. Gaitero | León www.diariodeleon.es 22/12/2008
Autopistas del año cero. La ingeniería quiere descubrir las técnicas constructivas de las calzadas romanas para que «se conozcan y se valoren» y se destierren falsos caminos «como la Vía de la Plata».
La ingeniería ha llegado muy recientemente al estudio de las obras legadas por los romanos en los territorios que constituyeron su imperio, hace dos mil años. Los canales hidráulicos que sirvieron para explotar las minas de oro y las carreteras que conformaron auténticas «autopistas» del mundo romano son algunas de las obras que más se han puesto en valor gracias a los conocimientos ingenieriles.
En León, son ya una referencia los estudios de Roberto Matías, ingeniero de Minas, sobre la red hidráulica que sirvió para explotar el oro en el Teleno y en las Médulas. Isaac Moreno se ha convertido, por su parte, en el principal valedor técnico de las calzadas romanas.
Con el estudio que iniciarán en enero en las vías romanas de León «queremos hacer hincapié sobre todo en la metodología constructiva de este tipo de caminos, verdaderas joyas de la ingeniería antigua», subraya el director del equipo multidisciplinar. Joyas, sí; pero poco valoradas. Y muy desconocidas. «Para poderlas conocer bien hay que saber cómo se hacen», insiste.
En León, frecuentemente toman el nombre de calzada romana algunas estructuras que «corresponden a caminos encachados en tiempos más recientes, caminos de mulas medievales o modernos que no son carreteras romanas», aclara. Un ejemplo de estos «falsos» caminos romanos es la conocida como Calzada Romana del Curueño.
Falsa Vía de la Plata
Pero el caso más sorprendente es la Vía de la Plata. «La supuesta Vía de la Plata es una cañada de ganados», asevera Isaac Moreno, para quien la prueba más palpable de la inexistencia de la misma se da en el tramo Salamanca a Zamora. «La vía romana está a 15 kilómetros de ese corredor y desplazada al oriente y conduce a Villalazán que es Ocello Durii, la gran ciudad al sur del Duero, cuyo yacimiento se extiende por unas 30-40 hectáreas», recalca el investigador.
Otras calzadas romanas cercanas al trayecto conocido -y disputado para su explotación turística- como Vía de la Plata están en torno al campamento de Petavonium, en Rosinos de Vidriales, y la antigua Brigeco, que se encuentra en la dehesa de Morales, en Fuentes de Ropel, también en la provincia de Zamora. Es romano, también, el tramo identificado en el barrio de San Mamés de La Bañeza, que forma parte de una calzada que llega desde Astorga.
«Lo que hoy se promociona como atractivo turístico no tiene ningún fundamento histórico, porque como Vía de la Plata no aparece denominada en ningún documento histórico, tipo catastro de Ensenada, que no historiográfico», recalca. Isaac Moreno se remite a los escritos en los que Roldán Hervás, máximo valedor de la Vía de la Plata, ya admite la inexistencia de tramos romanos en determinadas zonas.
Salamanca es, junto con León, la siguiente provincia en la que se detendrá el estudio de las vías romanas en Castilla y León. Para avalar estas polémicas hipótesis, estudiarán «los lugares de procedencia de los materiales cuando éstos no sean del propio entorno de la traza, cosa muy frecuente en este tipo de caminos, analizaremos las distancias de transporte, el esfuerzo constructivo de cada tramo e intentaremos aproximarnos a la metodología constructiva y medios materiales empleados».
El proyecto se centra en los principales corredores que atravesaban los actuales territorios de Castilla y León, «probablemente los más importantes en su momento y los que más y mejores restos conservan», según el equipo multidisciplinar.
Quedan fuera del «ambicioso» pla la calzadas como la principal arteria de comunicación que unió León con Asturias en época romana y que se presupone discurre por el actual trazado de la n-630.