Mérida www.regiondigital.com 21/07/2006
El flamenco brilló en el Teatro Romano en una cálida noche en la que el drama del genocidio gitano fue tratado de forma elegante, pero también dramática en algunos momentos de la representación, en la que destacaron las interpretaciones de sus actores.
Pasaban pocos minutos de las 23:00 horas de este jueves, 20 de julio, cuando «Ítaca», una nueva adaptación de «La odisea» de Homero, con versión realizada por el poeta emeritense Félix Grande, bajo la dirección de Francisco Suárez, música de Juan de Pura y arreglos de Cachapines, se presentó sobre la escena del Teatro Romano, dentro de la LII edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida.
Ante alrededor de unos 1.300 espectadores, la tercera obra de este año fundió de forma extraordinaria las aventuras de Ulises en la Grecia clásica con las desventuras de un grupo de gitanos perseguidos a mediados del siglo XX, en concreto durante la II Guerra Mundial, todo ello acompañado por los textos magníficos de Félix Grande, la música y la danza flamencas, que fueron llevando al espectador a lo largo de la historia, pasando por momentos dramáticos y cómicos.
La acción de «Itaca» está situada en cualquier país centro-europeo a finales de los años 40, en una estación de ferrocarril abandonada, donde una familia gitana espera durante toda la noche su incierto destino, probablemente dirigido hacia un campo de exterminio nazi. Allí, el jefe de estación, convertido en Homero, les entretendrá leyéndoles fragmentos de «La odisea», consiguiendo así que se identifiquen con los deseos de Ulises de regresar a su hogar, convirtiéndose sin darse cuenta en los protagonistas del relato.
La obra comienza con el sonido de la llegada de un tren a una estación, con un vestuario y una escenografía muy lograda, que llama la atención a lo largo de la obra desde su comienzo, con extensas filas de velas, hasta el final de la misma, con un escenario que hace un guiño a La India y en la que una bailarina hace disfrutar al público con sus bailes flamencos.
Nada más comenzar la representación se iniciaron los primeros compases de la música de Juan de Pura, que hizo vibrar a los presentes a lo largo de las casi tres horas que duró la obra y en la que destacaron momentos como el de la violación de Penélope (esposa de Ulises), interpretada de forma magistral por María Isasi, (instante que se sugiere más que se muestra); la interpretación de Miguel Molina en el papel de Ulises en su constante lucha por conseguir sus objetivos, o la aparición de Esperanza Roy cantando sobre el escenario el famoso «happy birthday to you» de Marilyn Monroe y que despertó la sonrisa en el público.
Asimismo, durante la intervención de Guillermo Montesinos, que interpretó al Tío Sam, se hizo varios guiños a los héroes de hoy en día como Superman o Rambo, algo que puede resultar un tanto chocante en una obra de estas características, pero que hizo reflexionar al público sobre la situación que se vive en el mundo hoy en día, un mundo marcado por las guerras y sus terribles consecuencias a las que durante la representación se hace una constante y dura crítica.
Fue un estreno, en definitiva, en el que sobresalieron las interpretaciones de todos sus actores, así como las voces de los cantantes y las bailaoras, en el que se denunció de forma feroz a las guerras y a los responsables políticos que consienten conflictos bélicos entre países, y en el que el único pero fue la duración de la obra, que el público calificó de «un poco larga», y en algunos momentos lenta.
Cabe recordar las palabras de Paco Suárez antes del estreno de la obra, cuando subrayó que «Itaca» es una historia que habla del amor, la muerte y la esperanza, con el objetivo de que ésta última «se alce sobre las cenizas», y es que, a su juicio, el público que vaya a ver la obra, que estará en el Teatro Romano hasta el próximo domingo, a partir de las 23:00 horas, verá una historia triste pero al mismo tiempo de esperanza y de futuro que «nos va a ayudar a ver la vida de otra forma y hacer una denuncia feroz de la guerras que son antiguas como el pasado».
Hablan los protagonistas.
Tras el estreno de la obra, Paco Suárez aseguró que los aplausos del público que se extendieron a lo largo de diez minutos, haciendo pequeñas paradas conforme hablaban los protagonistas de la noche, «saben a gloria».
Ante los medios se mostró muy emocionado con la respuesta de un público que calificó de «atento», añadiendo que éste había respondido a sus expectativas, «durante el parto de la obra he estado muy nervioso, pero el resultado ha sido el esperado, ha habido una gran respuesta y estoy feliz».
Suárez espera que esta obra sirva para «recuperar la memoria histórica que nos pertenece a todos, pero con la metáfora del pueblo gitano».
Tras estrenar «Ítaca» en Mérida, el director extremeño ha anunciado que la tercera parte de esta trilogía que trata sobre la «recuperación» de la memoria de la etnia gitana, y que comenzó con «Romancero Gitano», será «Pigmalión», que refleja la sociedad capitalista donde los gitanos apenas tienen cabida.
Por su parte, el creador de los textos de la obra, el emeritense Félix Grande, aseguró ante los medios que «Itaca» es un «copyright» de Paco Suárez, «yo sólo he puesto palabras a sus deseos, aunque por supuesto ya la historia también ha pasado a ser mía».
Grande explicó que está muy vinculado al mundo gitano y al flamenco, «pertenezco a una asociación «Presencia Gitana», sobre todo porque me parece una injusticia de carácter moral e inconcebible que en el mundo haya un solo libro de 150 páginas que hable del genocidio gitano durante la II Guerra Mundial, cuando durante el mismo fallecieron 500.000 criaturas».
En cuanto a los protagonistas de la obra, el actor Miguel Molina, que da vida a un gran Ulises, señaló que la función había ido bien, «no todo lo bien que queríamos, porque siempre hay cosas en los estrenos que hay que mejorar, pero yo me he divertido mucho, y el público ha estado estupendo, al igual que los músicos».
A lo largo de su comparecencia, Molina destacó que esta obra «habla de los genocidios terribles del pasado, del futuro (por lo que se ve) y del presente», por lo que subrayó, «es un texto digno de recapacitar, de hacernos ver que tenemos una responsabilidad grande dentro de esta historia de mierda, de tanta crueldad, guerras, narcisismo, y basura que hay y que hace que la gente en el mundo sufra».
Según el actor con esta representación «hacemos una pequeña aportación».
Por su parte, la actriz Esperanza Roy, (la diosa Ceres y Marilyn Monroe en la obra), volvió a recordar que ésta «no es la primera vez que trabajo con Paco Suárez», un hombre del que dijo «sabe mucho de teatro».
Según explicó, la actriz aceptó hacer esta colaboración, porque el argumento le llegó y porque ha sido la encargada de poner la comicidad en la obra, resaltando además la dualidad que realiza durante la misma entre dos diosas: Ceres y Marilyn Monroe.
Finalmente, Guillermo Montesinos aseguró que cuando le hablaron de la obra, «realmente me entusiasmó, porque pocas veces se puede representar al Tío Sam, un personaje que implica muchísimas cosas, y se ha tratado dentro de la ironía de ver un poco que todo tiene una implicación desde los griegos hasta la actualidad, en cuanto a lo que es el poder en sí mismo y la mentira».
A pesar de encontrarse satisfecho con el resultado cosechado en el estreno, al que tachó de «trepidante», confía que la obra esté mucho mejor en los próximos días, ya que, a su juicio, «hay cosas que habrá que afinar».