Huelva | EUROPA PRESS 21/04/2009
Un total de 24 enterramientos romanos han sido hallados en el yacimiento arqueológico de La Viña, en Isla Cristina (Huelva), datados de los siglos II y III en el tránsito del periodo establecido entre el Alto y Bajo Imperio Romano, y descubiertos en una intervención auspiciada por la Consejería de Cultura que comenzó a principios del pasado febrero bajo la dirección del arqueólogo Miguel Ángel López.
El delegado de Cultura en Huelva, Juan José Oña, y la alcaldesa de Isla Cristina, María Luisa Faneca, visitaron hoy los enterramientos, de diversa tipología constructiva y de los que 15 se encuentran documentados en su totalidad, dos en proceso de excavación y siete detectados a nivel de planta, según indicó la Junta en una nota.
Se trata de inhumaciones en decúbito supino con dos orientaciones claras, esto es, oeste-este con la cabecera al oeste –la mayoría–, y sur-norte con la cabecera al sur. Algunos de ellos cuentan con abundante ajuar funerario, con piezas de cerámica completas, incluida una pátera de sigillata clara; copas y vasos de vidrio; monedas; utensilios de metal, como anzuelos, plomadas o gubias; y objetos de adorno personal en bronce, entre los que se encuentran brazaletes, pulseras y anillos. En la zona se han encontrado también piletas de salazón, de las que ya se ha finalizado su análisis exhaustivo.
El delegado de Cultura realizó un llamamiento a la población a preservar el patrimonio y denunciar la acción de los expoliadores, ya que se han producido robos en los últimos días en la zona, que han provocado incluso la destrucción parcial de algunos de los enterramientos localizados.
Oña visitó también en Isla Cristina la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores para comprobar su estado, ya que necesita algunas obras de restauración, para lo que se está realizando un estudio exhaustivo que determine las fases de restauración necesarias y su coste aproximado.
Una vez finalizado, la Consejería de Cultura estudiará la vía más adecuada para una posible intervención en el templo, cuyo origen se encuentra en una primera capilla que se levantó en 1757 en una barraca, en la que se veneraba a la Virgen de los Dolores. La iglesia se edificó entre 1776 y 1779 aunque fue ampliada en años sucesivos y dotada de imágenes y retablos.
Sin embargo, la antigua parroquia fue destruida y el actual edificio data de 1942, según planos de Alberto Balbontín de Orta y Antonio Delgado Roig. Fue bendecida y abierta al culto por el obispo de Huelva Cantero Cuadrado en 1954 aunque su torre no quedó concluida hasta 1968. El gran artífice de su finalización y amueblamiento fue el párroco Manuel Martín Gil.