G. C. | Córdoba www.diariocordoba.com 26/01/2009
El descubrimiento no tiene parangón con los existentes en la península. Descubiertos unos depósitos para productos como el aceite y el vino.
Alberto López Palomo, director de la excavación de Fuente Alamo, ha puesto de manifiesto una de las últimas aportaciones que se han descubierto en la arquitectura de la Villa Romana de Puente Genil, y es que se han hallado «unos grandes almacenes, destinados a depósitos con productos líquidos como el aceite y el vino». Están ubicados en el muro de cierre norte, una instalación que forma parte de la parte rústica del edificio de la villa romana en la que se ha excavado, hasta el momento, aproximadamente un 50% de la superficie. El principal descubrimiento es un silo o granero, donde han encontrado unas conducciones de aire caliente que permitían conservar una temperatura adecuada al grano, peculiaridad que hasta el momento, según López, no había sido hallada en ningún otro granero y que lo hace «meramente exclusivo». Este granero se cierra con un torreón semicircular compuesto por dos plantas. La planta baja estaba destinada a la ocupación del grano y la planta alta «a la vigilancia y el control del fundus y la demarcación del previo que se administraba desde la villa».
La superficie del granero es de unos 500 o 600 metros cuadrados aproximadamente. López comenta que «la parte que corresponde a los terrenos públicos está excavada en su totalidad, faltaría por indagar, en profundidad, algunas de las zonas de la parte rústica en las que seguiremos iniciando nuestra metodología».
Para determinar la exclusividad del granero, los arqueólogos han manejado recientemente como bibliografía un artículo que trataba de villas romanas publicado en un congreso en Gijón hace poco más de un año. El artículo actualizaba graneros del mundo romano con sus respectivas descripciones. «Este que hemos descubierto en el yacimiento arqueológico no responde a las características de ningún otro granero hallado hasta el momento», si bien se han encontrado «graneros similares, como por ejemplo en Cercadillas (Córdoba), que por eso interpretamos en un primer momento que los conductos de aire eran drenajes de agua, pero son sin duda conducciones de aire, con unas chimeneas laterales que permitían el paso del aire».
Los restos pertenecen a la primera mitad del siglo III
Según han podido determinar los arqueólogos, todo el edificio de la Villa Romana se forma en la misma época. Desde el principio, López comenta que se habló de la villa nova y villa abetos como si hubiera habido una previa expansión del edificio y un posterior embellecimiento por la colocación de todos los mosaicos hallados, pero estos nuevos datos han confirmado al director de la excavación de Fuente Alamo que el edificio en sí se funda todo al mismo tiempo. Los materiales hallados se acercan a la primera mitad del siglo tercero de la era cristiana.