Luis Alemany 

La italiana Andrea Marcolongo y el español Carlos García Gual contribuyen al renaciente interés por la cultura grecolatina con dos libros: 'La medida de los héroes' y 'Grecia para todos'.

El escaparate de las librerías también dice cómo está el mundo, dice lo que anhelan los lectores y hacia dónde dirigen sus ensoñaciones. El éxito de los libros de nostalgia rural es el ejemplo inevitable este curso. Menos visibles pero sostenidos en el tiempo aparecen los libros de divulgación sobre la cultura grecolatina, con sus portadas de letras epigráficas sobre Roma y Grecia, y una promesa, siempre parecida, de ofrecer el pasado como un lugar sereno y distanciado desde el que entender el presente.

Mary Beard es la gran referencia del género por su éxito y por su prestigio, pero no es el único relevante. Andrea Marcolongo, la escritora italiana que en 2017 publicó 'La lengua de los dioses' (Taurus) también ha tocado el corazón de cientos de miles de lectores. Esta primavera, presenta 'La medida de los héroes. Un viaje iniciático a través de la mitología griega' (de nuevo en Taurus), un libro difícil de explicar. En parte, La medida de los héroes es una guía muy personal de la historia de los argonautas, tan personal que a veces tiende a convertirse en diario íntimo, en viaje de autoconocimiento. Marcolongo habla de amor y de desamor y también del viaje y del conocimiento, como si todas esas experiencias fueran un todo que sólo le resulta comprensible gracias a Jasón, Argos, Telémaco y compañía.

"Después del éxito de 'La lengua de los dioses', vi que proliferaban libros fragmentarios sobre la cultura clásica: libros del tipo: El amor en la antigua Grecia, La gastronomía de los romanos, Cómo se divertían en la Antigüedad. Yo sentía la presión por escribir una segunda parte de 'La lengua de los dioses' y después una tercera y una cuarta y meterme en una serie de televisión. Ante la presión, hice lo que los griegos: me detuve, me alejé de todo y perdí el tiempo. Aparentemente perdí el tiempo para encontrar", explica Marcolongo. "Entonces pensé en la idea de héroe. Y no en términos de quiénes son los héroes en tal momento de la historia. Me parece más interesante la idea eterna de heroísmo que el quién fue un héroe porque esa idea es la que nos puede llevar a entender el alma humana, su sintaxis. En el héroe griego ya está retratada el alma humana, que nunca es blanca ni negra, es algo blanca y bastante negra, igual en Troya que en Madrid, 2019".

El resultado de esa búsqueda es un texto de prosa casi lírica que ronda lo inefable pero también lo más esencial de la experiencia humana. Y no está mal así, ojo: "Hay una frase de Esquilo: el conocimiento está en el dolor", explica Marcolongo. En su relato, todo el mundo siempre se está yendo, quizá para volver o quizá no. "En la Grecia Antigua tenían más sentido del 'hasta pronto' que del 'adiós'. Tenían una idea de nostalgia muy interesante. Nostalgia no es una palabra enteramente griega, pero sus raíces lo son; 'nostos' es el viaje de vuelta y 'algos' es dolor. De modo que ahí tenemos la tristeza pero también la idea de emprender una acción. Eso es lo que pasa con Telémaco y los argonautas: toman una decisión, salen en busca de algo, del conocimiento, aunque eso comporte dolor por partir".

Y eso es algo que todos tenemos que aprender en algún momento de nuestra vida adulta, ¿verdad? "Es algo que tenemos que descubrir y redescubrir todo el tiempo", responde Marcolongo.

Si 'La medida de los héroes' habla de lo insondable, 'Grecia para todos', de Carlos García Gual (Espasa) es su complemento perfecto. El académico de la RAE trata en su nuevo libro de identificar y explicar los rasgos de la civilización griega que siguen siendo relevantes en nuestro mundo: el sentido de familia, las matemáticas, el teatro…

"El afán del libro es subrayar lo verdaderamente esencial de Grecia", explica García Gual. ¿Y eso consiste en…? "Hay tres ideas: el descubrimiento de la libertad como una idea política central; el instinto de comprender al mundo y de comprenderse a sí mismos; y el deseo de abrir horizontes, ya sea a través del viaje o hacia dentro, que es lo que representa el teatro. Los griegos admiran el mundo y se admiran ante él".

¿Y qué lleva a los griegos a tener esa cultura crítica y propositiva? "La respuesta es compleja pero podríamos empezar por el hecho físico. Persas y egipcios vivieron aislados, en medios solitarios, y construyeron civilizaciones conservadoras y autoritarias. Los griegos vivían ante el mar y el mar lleva al individuo a hacerse preguntas".

En Grecia para todos hay también mucho espacio para la vida dulce de los griegos. "Los griegos eran más austeros que los romanos, pero en su cultura estaba el olivo, el vino y el mar, imágenes que hablan de un sentido del gozo. Lo interesante es que creo que esos rasgos también tienen que ver con la búsqueda del conocimiento como gran obsesión. En ese sentido, los griegos son muy modernos".

Lo inevitable es preguntar en este punto por la vieja cantinela sobre el olvido de las lenguas clásicas en los planes de estudios contemporáneos. "Ojalá hubiera una respuesta, ojalá supiéramos cómo hacer atractiva la cultura antigua a las personas de 2019", contesta García Gual. "No lo sabemos ni nosotros que estamos convencidos del valor de este conocimiento… Pero, en realidad, el problema no es propio de los que nos hemos dedicado a las lenguas clásicas; el problema es más amplio y tiene que ver con el atractivo de la palabra escrita en un mundo marcado por los medios audiovisuales".

FUENTE: https://www.elmundo.es/cultura/2019/05/03/5ccb9a3121efa0f3198b4579.html