Carles Gosálbez | Tarragona www.diaridetarragona.com 29/05/2010

El grupo alemán Cohors VII Reatorum se sorprende de la alta participación ciudadana en Tarraco Viva.

«No imaginábamos que viniera tanta gente». Estas palabras fueron pronunciadas ayer por Gema Rui García, componente del grupo de reconstrucción germano Cohors VII Reatorum, que este año ha hecho su debut en las jornadas Tarraco Viva. «La organización es muy buena y es imposible hacerlo mejor», recalcó.

Gema se refirió a la buena aceptación que han tenido las propuestas del grupo y, de forma muy especial, una sierra con la que se cortan bloques de mármol. Destacó que «nunca antes habíamos estado en un festival con un marco tan bonito y original.

La directora del Museo de los Foros Imperiales de Roma, Lucrezia Ungaro, también mostró su sorpresa. «He venido varias veces a Tarragona, pero nunca había asistido a las actividades de Tarraco Viva: me parece muy interesante, tanto por la organización como por la espontaneidad que hay».

«No parece una fiesta moderna sobre el pasado, gracias a la autenticidad y a la especialización de los grupos que intervienen», subrayó Ungaro, para añadir que «en ningún festival hay una concentración de museos y yacimientos como en el de Tarragona, ni las actividades se hacen con tanto espíritu científico».

En uno de los rincones que albergan actividades de Tarraco Viva, como sucede en la Antiga Audiència, se pueden poner en práctica juegos de estrategia o hacer carreras en un circo que reproduce la spina del de Tarraco. Esta propuesta está organizada por la Associació Si Vis Pacem Para Ludum.

La clausura
Una de las casi cincuenta novedades que ha programado el área de Patrimoni con motivo de la duodécima edición de Tarraco Viva es la sesión de clausura, que se llevará a término a partir de las 18 horas en el Auditori del Camp de Mart.

El grupo de reconstrucción Thaleia presentará un espectáculo creado especialmente para Tarraco Viva, recogido bajo el título Saturnalia: la fiesta de los esclavos.

Las fiestas Saturnales se celebraran en el mes de diciembre. Se les llamaba la de los esclavos porque con este motivo recibían raciones extras, disponían de tiempo libre y disfrutaban de una serie de prebendas.

Las Saturnales eran una mezcla de la Navidad y los Carnavales actuales. Los familiares se intercambiaban regalos y se organizaban banquetes públicos que incluían sacrificios.