Sevilla | EUROPA PRESS 14/04/2007

La editorial Sarriá publica Medicina y enfermedad en la Bética romana, de Juan Antonio Martín Ruiz.

El historiador gaditano Juan Antonio Martín Ruiz ha publicado el libro ‘Medicina y enfermedad en la Bética romana’ (Sarriá), obra en la que se analiza la medicina y la enfermedad en la Bética romana, una época con «una esperanza de vida superior a la del siglo XIX, donde la media de edad rondaba los 35 años».

Sevilla | EUROPA PRESS 14/04/2007

La editorial Sarriá publica Medicina y enfermedad en la Bética romana, de Juan Antonio Martín Ruiz.

El historiador gaditano Juan Antonio Martín Ruiz ha publicado el libro ‘Medicina y enfermedad en la Bética romana’ (Sarriá), obra en la que se analiza la medicina y la enfermedad en la Bética romana, una época con «una esperanza de vida superior a la del siglo XIX, donde la media de edad rondaba los 35 años».

En declaraciones a Europa Press, el autor explicó que a lo largo del libro se estudian elementos como los métodos de curación, las dolencias sufridas por los ciudadanos romanos, los utensilios médicos utilizados y el papel del médico en la Bética. Así, reveló que se trata de una obra de «carácter pionero», ya que «aunque hay muchos estudios de este tipo sobre otras partes del Imperio como la Galia, éste es el primero que se centra en la Andalucía romana».

Asimismo, señaló que Hispania era una de las zonas del Imperio Romano con mayor densidad de población y concretamente la Bética una de las regiones con más número de habitantes, «para los que la esperanza de vida era de 40 años, cifra que aunque no puede parecer mucho es mayor a la de siglos posteriores». Además, destacó que «los romanos utilizaban un instrumental médico muy sofisticado, como el que se puede ver en el museo de Herrera (Sevilla), donde hay utensilios exactamente iguales a los que se utilizan hoy en día, lo único que cambia es el material con el que están fabricados».

Por otra parte, indicó que en la Málaga del siglo I a. C ya se había documentado la existencia de cánceres, «cuando siempre se había pensado que el cáncer es una enfermedad reciente». De igual forma, apuntó que «la sífilis, que durante mucho tiempo se pensó que la habíamos traído de América, también existía ya en el mundo romano». A este respecto, Martín agregó que «este es un campo en el que últimamente se esta investigando mucho, incluso por parte de los propios médicos».

Igualmente, el autor resaltó que en sus comienzos la figura del médico «no tenía mucho estatus social, sino que lo fue adquiriendo con la aparición del cristianismo al final del Imperio, momento en el se institucionaliza su labor y surgen escuelas como la de Alejandría, donde se estudia
medicina a lo largo de cuatro años». De la misma manera, agregó que «Andalucía, por su nivel de vida y su cantidad de habitantes, fue una de las regiones de España donde la actividad médica cobró más importancia».

Por último, Martín destacó que «los hospitales, como los conocemos hoy en día, también son una herencia romana, pues derivan de los antiguos campamentos creados para atender a los soldados heridos en la batalla, ya que antes la gente se curaba en los templos». Al hilo de ello, concluyó diciendo que «la homeopatía actual está igualmente basada en postulados romanos».