Antonio Cantudo 05/09/2023
Las tragedias muestran lo peor del ser humano, los más bajos instintos, aquellos que nos descalifican como personas porque todos, en mayor o menor medida, ocultamos en nuestro interior a la bestia que en cualquier momento está presta a aparecer. Eurípides sabía eso mejor que nadie y por eso su Electra es un animal herido que solo encuentra la paz tras haber saciado su venganza, tras consumar su macabro plan asesino.
Los antiguos griegos acudían al teatro a ver cómo los héroes o heroínas sufrían, mataban, morían en medio de los más terribles dolores pero no porque les gustara el sufrimiento y disfrutaran con él (cosa muy distinta ocurriría en Roma), sino porque querían conocer cómo reaccionar ante semejantes tesituras, para aprender a ser mejores ciudadanos, mejores personas, contemplando como los “aristoi” (los mejores, de ahí aristócratas) padecían de forma inexorable tras sus iracundas decisiones, con la intención de no repetirlas en su vida cotidiana. Era, en suma, una escuela de vida porque la tragedia, no lo olvidemos, puede alcanzarnos en cualquier momento. ¿Sabremos estar a la altura a la altura cuando eso nos ocurra?
Noite Bohemia nos ha mostrado con elegancia y cuidado su versión de la bestia, haciéndola humana, cercana a nosotros, porque solo así podemos entender hoy el concepto trágico. Su comportamiento es entendible porque lo vemos a todas horas en el telediario, en los programas de televisión basura. La venganza es un plato que todo el mundo quiere degustar en algún momento.
Con actores muy jóvenes pero enormemente solventes la compañía coruñesa nos ha cautivado y nos ha envuelto en un espectáculo limpio, sobrio y sin estridencias. Una hora que se nos ha hecho muy corta. Un placer para los amantes del teatro.
Mañana fin de fiestas
Con Gemelos de Plauto se cierra la XV edición del Sexi Firmum Iulium. Una comedia muy movida donde Noite Bohemia nos enseñará que no solo son grandes actores trágicos. Las carcajadas estarán garantizadas.
Y recuerden la entrada es libre y gratis hasta llenar aforo. No se lo pierdan o lo lamentarán.