Ana Pérez-Bryan | Málaga www.diariosur.es 04/05/2012

Treinta años después de las últimas representaciones, el escenario recupera el pulso con el Festival de Teatro Grecolatino. Cerca de un millar de estudiantes disfrutan de este mito clásico en el coliseo.

La historia fue escrita hace siglos, pero su argumento no chirriaría en absoluto en una de esas series de ‘prime-time’ de las que se nutren jóvenes y adolescentes, marcando su rutina en el plano real y en el virtual. Juzguen si no: Fedra es una mujer que aprovechando la ausencia del marido cae rendida en brazos de un amor prohibido, imposible, incestuoso incluso: su hijo Hipólito, a quien sueña y desea en secreto. Añadan la parte proporcional de malos tratos, conspiraciones y mentiras. La historia no acaba nada bien. De hecho, el mito de Fedra es uno de los grandes clásicos de la escena, una tragedia de la que bebieron autores como Séneca, Ovidio y Eurípides y que ayer recobró toda su vigencia en el escenario más idóneo que se pueda imaginar: el Teatro Romano.

El auditorio, cerca un millar de jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 18 años que no pestañearon en ninguna de las tres sesiones programadas en el marco del Festival de Teatro Juvenil Grecolatino de Málaga, que por primera vez en diez años ha conseguido dar el salto de las salas de representación convencionales a un escenario «absolutamente mágico» como el coliseo de la calle Alcazabilla. La frase salía de boca del actor Chico García, que cinco minutos antes de que se alzara el telón imaginario del Romano se concentraba en su papel de Hipólito. A su lado, Pilar Jiménez, inmaculada con su túnica blanca y a punto de meterse en la piel de Fedra, coincidía con la opinión de su compañero de reparto. En su caso, además, la representación contaba con cierta carga emocional: «Mira, parece que me estoy viendo ahí, hace años, haciendo figuración, en la época de los festivales, con una canasta llena de cinturones…», recordaba la actriz señalando la escena. Casi tres décadas separan ambos momentos.

Público más allá de la grada
Ella y los otros cinco actores fijos en escena, todos ellos procedentes de la Escuela de Arte Dramático y unidos profesionalmente en torno a la compañía Induo Teatro, fueron los protagonistas indiscutibles de la jornada en el entorno de la calle Alcazabilla. No solo los alumnos e invitados al montaje tuvieron la oportunidad de disfrutar de una obra impecable en su adaptación y condiciones técnicas -sorprendió la nitidez con la que se escuchaban las voces de los actores desde las gradas-, sino también los transeúntes, muchos de ellos turistas, que asistieron sorprendidos a una estampa ciertamente inédita: un espectáculo gratis, en un teatro romano y en plena hora punta. Mejor imposible.

De un lado a otro de la grada andaba Raúl Caballero, colocando a los alumnos en lugares estratégicos del aforo -solo se acondicionó la parte rehabilitada- y cuidando que no fallara ni un detalle. El coordinador de la Asociación Cultural de Teatro Griego y Romano de Málaga (Acutema), impulsora de la iniciativa, vivió ayer una jornada inolvidable, y no ocultó su emoción por estar en el Teatro Romano. «Tenemos que conseguir que el año que viene se vuelva a celebrar aquí, y no solo para los estudiantes, sino para el público en general», advertía Caballero, que además aportaba un par de recomendaciones: que la programación no se concentre solo en una jornada y que los pases se celebren «en la franja de tarde-noche, que será más agradable».

Efectivamente, el sol que lució ayer, sobre todo por la mañana, jugó a favor del espectáculo e hizo que el teatro brillara en todo su esplendor, aunque también es cierto que el sol cayendo a plomo sobre la grada pesó un poco al final. A quien no pareció importarle el calor fue a Gabriela Fernández, una alumna de 16 años del IES Los Pacos de Fuengirola, que vivió la representación con auténtico entusiasmo. «Hemos leído el libro en clase y me ha encantado, porque me gusta mucho la mitología», afirmaba la joven, que compartió el pase del mediodía con cerca de 400 estudiantes de ocho institutos de Málaga y provincia que, como ella, llegaban al Teatro Romano con la lección de Fedra bastante aprendida. «A nosotros nos han hecho hasta un examen antes de venir», añadía Sandro García, un joven de 21 años del IES Cánovas del Castillo de la capital que reconocía esperar «con ganas» la puesta en escena del clásico. A su lado, Joaquín Pinto, de 18 años, que coincidía con su compañero de instituto en las expectativas. «Esto tiene buena pinta ¿no?».

FUENTE: http://www.diariosur.es/v/20120504/cultura/romano-resucita-fedra-20120504.html