Sevilla | EUROPA PRESS 19/09/2010

El reciente descubrimiento de un relieve fálico en las excavaciones arqueológicas de la plaza desencadena esta «anecdótica» teoría.

El Patio de Banderas, uno de los más populares enclaves para la simbología y el turismo de Sevilla, habría albergado un prostíbulo o lupanar durante la época de la Hispalis romana, según una de las hipótesis barajadas por el equipo de arqueólogos que investiga las ruinas del edificio romano del siglo I antes de Cristo localizado en el subsuelo de la plaza. Allí mismo, este verano era descubierto un relieve pétreo con forma fálica en el marco de las excavaciones arqueológicas promovidas por el Patronato del Real Alcázar.

El alcaide del Real Alcázar, Antonio Rodríguez Galindo, ha confirmado a Europa Press que esta «anecdótica teoría» ha surgido, efectivamente, a cuenta del descubrimiento de este relieve fálico en los vestigios arquitectónicos de lo que habría sido uno de los muros exteriores del edificio perteneciente a la Hispalis romana que descansa en el subsuelo de esta pintoresca plaza. Este edificio datado en el siglo primero antes de Cristo, como explicaba recientemente el arqueólogo director del conjunto palaciego, Miguel Ángel Tabales, habría alzado sus muros hasta tres metros sobre el firme y habría sido construido mediante la técnica arquitectónica del ‘Opus Africanus’.

La construcción, demolida en el siglo IV después de Cristo, era asociada hasta el momento a la actividad portuaria de la antigua ciudad romana, pero el reciente descubrimiento del mencionado ídolo fálico ha motivado una nueva y llamativa hipótesis. Este relieve de piedra, en concreto, muestra un ‘fascinum’ o falo sustentado por dos extremidades traseras en movimiento, quizá patas de bóvido, y una cola de león.

Rodríguez Galindo explicó a Europa Press que estos ídolos fálicos, comunes en la cultura romana y especialmente en el ocaso de la República, periodo al que pertenecerían las ruinas del edificio en cuestión, están asociados a «dos funciones» muy concretas. La primera de ellas, según señala el alcaide del monumento, es la de «amuleto» contra los malos espíritus, pues la costumbre de atribuir al falo erecto poderes para combatir el mal de ojo tuvo arraigo en la antigua Hispania romana.

Relieves o ídolos similares han sido localizados en Emerita Augusta (Mérida), acueductos como el de Segovia, murallas como las de Ampurias (Gerona), puertas urbanas e incluso en simples ‘domus’, como en Clunia.

LA TEORÍA DEL LUPANAR
La otra función asociada a estos relieves de piedra, según reconoció, era el señalamiento de un determinado lugar o edificio como «prostíbulo». «Hay una teoría que afirma que el edificio era un prostíbulo, pero no lo sabemos», señala Antonio Rodríguez Galindo, quien admite el carácter «anecdótico» de esta teoría. Las funciones y los detalles de este edificio de época romana, de hecho, son uno de los aspectos que deben resolver las nuevas excavaciones impulsadas por el Patronato del Real Alcázar en el Patio de Banderas.

Las dos primeras fases de la investigación, ya consumadas, han supuesto intervenciones en esta plaza donde, ya en 1976, el arqueólogo Manuel Bendala Galán descubrió unos restos arquitectónicos de época medieval atribuidos a una basílica paleocristiana. Lo más significativo hasta el momento, no obstante, ha sido la identificación del más antiguo vestigio de ocupación humana de la ciudad hispalense; un fondo de cabaña con restos de lo que pudiera ser una cocina utilizada durante la primera mitad del siglo VIII antes de Cristo, en el ocaso de la Edad del Bronce.