Berlín www.terra.es 22/09/2005
El Museo Pergamon de Berlín descubre a partir de hoy los tesoros de Herculano, la ciudad romana de la región de Campania destruida, junto a Pompeya, el 24 de agosto del año 79 por la gran erupción del Vesubio.
Martin Maischberger, comisario de la exposición ‘Las últimas horas de Herculano’, considera que la muestra podría también titularse ‘a la sombra de Pompeya’, ya que la destrucción de Herculano se ha visto a lo largo de la Historia ensombrecida por la de Pompeya.
La destrucción de esta última no sólo fue relatada por Plinio el Joven en una carta enviada al historiador Tácito, sino que también ha sido posteriormente novelada e incluso llevada al cine, mientras que Herculano siempre permaneció en segundo plano.
Así, por ejemplo, el director italiano Mario Bonnard llevó al cine en 1959 la novela de Edward Bulwer-Lytton ‘Los últimos días de Pompeya’, un filme que contó con las actuaciones de Steve Reeves, Christine Kaufmann y Fernando Rey.
Herculano, situada en la costa italiana y a siete kilómetros del Monte Vesubio, fue fundada, según la leyenda, por el semidiós griego Herakles (el Hércules de la mitología romana), al que debe su nombre.
Cuando la erupción del Vesubio destruyó Herculano, la ciudad tenía 4.000 habitantes. Era una población más pequeña y más rica que Pompeya, pues muchos ciudadanos romanos eligieron Herculano para construir ahí sus villas lujosas con vistas al mar.
En la muestra se explica que Herculano y Pompeya permanecieron durante dieciséis siglos ocultas y muchos consideraban que perdidas para siempre hasta que la primera fue redescubierta por casualidad en 1709 y la segunda en 1748.
‘El final apocalíptico de estas ciudades las convirtieron en un mito arqueológico’, explicó Maischberger en una rueda de prensa.
El rey prusiano Federico el Grande se quedó muy impresionado tras visitar Herculano en 1753, al poder ver con sus propios ojos ‘una ciudad antigua que resurge de las cenizas del Vesubio’.
‘Se ha visto mucha desgracia en el mundo, pero poca ha causado tanta alegría a las generaciones posteriores’, escribió el poeta y escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe tras visitar Herculano en 1787.
Los restos arqueológicos de Herculano están mejor conservados que los de otras ciudades romanas de la zona destruidas tras la erupción del Vesubio.
La exposición del Museo Pergamon de Berlín permite descubrir ‘la vida cotidiana de los habitantes de Herculano’ a través de los objetos que utilizaban habitualmente y que quedaron conservados en lava durante siglos, explicó Pietro Giovani Guzzo, superintendente arqueológico de Pompeya, en una rueda de prensa.
Los frescos de las paredes y los objetos de la vida cotidiana descubiertos en algunas de las villas de Herculano -dados, mesas, jarras de vino, vasos y platos, por ejemplo- permiten al visitante de la muestra hacerse una idea sobre los usos y costumbres de la antigua sociedad romana.
Incluso se puede descubrir qué comían en la época. En la exposición se muestran higos, guisantes, huevos y garbanzos que quedaron carbonizados tras la erupción, lo que ha permitido que se conserven hasta ahora.
Entre los objetos expuestos destacan los papiros carbonizados y las estatuas de bronce de dos corredores de la llamada Villa de los Papiros, que se cree que fue el fastuoso retiro con vistas al mar de Lucio Calpurnio Piso Caesomnio, suegro de Julio César.
También en la muestra se pueden ver los esqueletos de algunos habitantes de Herculano que no pudieron abandonar la ciudad a tiempo y murieron sepultados por la lava o asfixiados.
La mayoría de los objetos de la exposición proceden del Museo Arqueológico Nacional y de la Biblioteca Nacional de Nápoles, así como de la Superintendencia Arqueológica de Pompeya y el Museo Antiguo de Herculano.
Esta es la primera ocasión en la que los restos arqueológicos de Herculano salen de Italia.
‘Las últimas horas de Herculano’ permanecerá abierta al público hasta el 1 de enero del año próximo. Tras su paso por Berlín, la muestra viajará al Museo Focke de Bremen.