Barcelona | EUROPA PRESS 10/01/2007
El Ayuntamiento de Barcelona ha abierto al público el Centro de Interpretación Arqueológica Espai Santa Caterina, situado en el mercado de Santa Caterina, que recorre la evolución de esta área de la ciudad desde la prehistoria hasta la actualidad.
Barcelona | EUROPA PRESS 10/01/2007
El Ayuntamiento de Barcelona ha abierto al público el Centro de Interpretación Arqueológica Espai Santa Caterina, situado en el mercado de Santa Caterina, que recorre la evolución de esta área de la ciudad desde la prehistoria hasta la actualidad.
Las obras de adecuación de este espacio han durado dos años, lo que provocó el retraso de la inauguración de la reforma del mercado de Santa Caterina en la voluntad, según el segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Portabella, de «conservar la historia».
El Ayuntamiento de Barcelona, tras la resolución de la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat, decidió preservar parte de los restos arqueológicos hallados en el subsuelo del mercado de Santa Caterina.
Jordi Portabella remarcó que el solar del mercado de Santa Caterina hay «21 siglos de historia» y que los trabajos de preservación han sido complicados, puesto que «había muchas capas superpuestas» en los restos que se tenían que estudiar.
Pese a que sólo se han conservado 700 metros cuadrados de los más de 7.000 excavados, el concejal de Cultura y del distrito de Ciutat Vella, Carles Martí, aseguró que «el trabajo no se pierde» y se ha podido «documentar» otra área de la capital catalana.
EVOLUCION HISTORICA.
La primera ocupación del solar se remonta a hace unos 4.000 años, con un asentamiento en la Edad de Bronce inicial (1800-1500 aC), del que se han recuperado algunos entierros y unos pequelos silos.
En el año 10 aC se fundó la ciudad romana de Barcino, protegida por un recinto de murallas. A unos 150 metros, se sitúan los restos arqueológicos del Espai Santa Caterina, que era un lugar de habitación (villae) y espacios de producción.
La coordinadora del Espai Santa Caterina, Isabel Fernández, aseguró que «el gran momento» del espacio es el siglo IV cuando se convierte en una necrópolis cristiana que se articula alrededor de un edificio de culto.
En los siglos XI y XII se construye un primer edificio conventual con una iglesia y dependencias anexas. A comienzos del siglo XIII, esta zona fue ocupada por el convento de Santa Caterina, en un momento en el que el crecimiento de la ciudad motivó la construcción de una nueva muralla.
Los frailes dominicos llegaron a Barcelona en 1219 y el convento jugó un papel importante en la ciudad, siendo la primera sede del Consell de Cent y el lugar de sepultura de Sant Ramon de Penyafort. En 1835, fruto de la desamortización de Mendizábal, el convento se derruyó y se convirtió en un espacio ocupado por edificaciones, calles y el mercado, que fue construido en 1845.
El concejal de Cultura, Carles Martí, aseguró que ahora se está en la fase de «explicación y testimonio de los descubrimientos» con visitas comentadas, para en unos meses poder visitar ‘in situ’ los restos, para lo que son necesarios todavía los estudios técnicos.